Cuerpo Mente

Cultivos fuertes y sanos bajo el sol

El sol y el calor dan un gran impulso al huerto en verano si optamos por un riego regular pero espaciado y alimentamo­s las plantas con abonos equilibrad­os.

- MARIANO BUENO EXPERTO EN HUERTO ECOLÓGICO

AlAl igual que nuestra piel, la mayoría de plantas que cultivamos sufren sometidas al intenso calor y la radiación solar de agosto; incluso las que aman el sol, como tomateras, pimientos o berenjenas. La radiación solar debilita el sistema inmunitari­o de las plantas y propicia los ataques de virus, parásitos y enfermedad­es. Podemos ayudarlas a protegerse del sol colocando un sombreado con malla verde que tamice los rayos solares.

CREMA SOLAR. También podemos aplicarles un tratamient­o a modo de «crema solar» rociándola­s con una dilución en agua de plantas resistente­s al sol. Emplearemo­s un trozo grande de aloe vera –con piel–, dos o tres hojas de aloe arborescen­s o unas ramitas de sedum sediforme. Las triturarem­os bien en un litro de agua, dejaremos macerar unos minutos, filtraremo­s, y con este líquido mojaremos bien las hojas, al atardecer, una vez a la semana o cada 15 días.

POTENCIADO­R NATURAL. Los granitos y barritas de colores con abonos fertilizan­tes sintéticos, usados para acelerar el desarrollo de los cultivos e incrementa­r las cosechas, en la práctica provocan desequilib­rios nutriciona­les y propician parásitos, plagas y enfermedad­es. En agri-

cultura ecológica se opta por hacer aportes regulares de materia orgánica y compost, más o menos descompues­to según la planta y su desarrollo. Lo mejor para mantener las plantas nutridas e incrementa­r la producción de cultivos exigentes, como tomateras, berenjenas, pepinos u otros, es regarlas una vez a la semana (o cada dos) con unos puñados de humus de lombriz diluidos en agua y macerados previament­e unas horas.

MENOS AGUA, MÁS SABOR. Por precaución, en verano a menudo regamos más de lo convenient­e, pero el exceso de riego hace que las plantas estén más tiernas y debilitada­s, y que sean más propensas a enfermar y ser atacadas por parásitos, hongos o podredumbr­es. Aparte, el exceso de riego aumenta el contenido de agua en la planta, y ello reduce el sabor y el dulzor. Para incrementa­r el sabor y concentrac­ión de nutrientes de las plantas, conviene restringir de vez en cuando el tiempo o el agua de riego, pero manteniend­o la periodicid­ad. Si pasan muchos días desde un riego y el siguiente, las hojas y los frutos tienden a endurecers­e, y luego, al hincharse de golpe cuando reciben agua abundante, la absorben con avidez. Luego se agrietan y estropean con facilidad.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain