PLAN PARA CUIDAR LAS MITOCONDRIAS
Estos 6 hábitos ayudan a producir nuevas mitocondrias y a eliminar las toxinas y desechos que producen. Con ellos, se consigue estar más vital y saludable.
MÁS NATURALEZA
Pasear, caminar, estar al aire libre y hacer ejercicios de respiración son potentes medicinas para oxigenar bien las células y que puedan disponer de este nutriente esencial que permite fabricar la energía. El contacto con la naturaleza, incluso en las zonas verdes en la ciudad, ayuda a oxigenarse. Con cada inspiración nos proveemos de oxígeno, y con cada exhalación se eliminan toxinas y se evita que se acumulen en el organismo.
HIDRATARSE BIEN
Para eliminar las toxinas y desechos, hidratarse bien es de gran ayuda. Beber suficiente agua, de litro y medio a dos litros al día, permite que los riñones puedan limpiar y eliminar las toxinas. Además hay que recordar que el agua es otro nutriente esencial para realizar los procesos de obtención de la energía por parte de las mitocondrias, y para hidratar todo el organismo.
EJERCICIO FÍSICO
Toda actividad física es favorable, aunque se ha evidenciado que el ejercicio físico intenso a intervalos resulta especialmente apropiado para el ciclo del oxígeno. Cada persona debe encontrar la actividad física más indicada que se adapte a su estado físico, sus propios gustos y su estilo de vida.
SAUNA Y BAÑOS FRÍOS Estimular la sudoración con la sauna o el ejercicio físico ayuda a eliminar toxinas oxidantes por el sudor a través de la piel. Tanto el efecto calor como el efecto frío, al darse una ducha o un baño en el mar, favorecen que se formen nuevas mitocondrias y activa los mecanismos específicos de protección contra el exceso de radicales libres y la producción de calor como mecanismo compensador de la cadena energética.
HIGIENE DEL SUEÑO
Un descanso reparador es esencial para producir melatonina, imprescindible para la salud mitocondrial. Entre las pautas de higiene del sueño que ayudan a conseguirlo están llevar una rutina horaria, cenar pronto, ligero y con alimentos ricos en triptófano, evitar las luces brillantes y las pantallas, hacer pausas durante el día, como una siesta, y exponerse cada día al menos veinte minutos al sol.
MOMENTOS DE RELAX Gestionar el estrés crónico es clave porque provoca un aumento importante de los radicales libres, que acaban dañando a nuestras mitocondrias y, con ello, a todo el organismo. Para reducir el estrés que se acumula puedes tomar descansos durante el día, meditar, pasear por un parque o bailar.