APERITIVO COOL
Aunque su receta es un misterio, la clave de Martini está en las especias y su proceso de elaboración único.
¿Por qué nos gusta (tanto) Martini?
Hay secretos que se guardan cuidadosamente. Bajo llave y para siempre, con la intención de que nada ni nadie los desvele jamás, de que nunca salgan a la luz. Es lo que ocurre con el vermú más irresistible de la historia, una fórmula ideada por el maestro artesano Luigi Rossi en 1863 y que la Casa Martini conserva oculta desde el día de su creación. Tan sólo la conocen cuatro afortunados, entre ellos, Ivano Tonutti, el octavo maestro herborista, quien se encarga de mantener y capturar los sabores, los aromas y las texturas a través de esa armoniosa mezcla entre vino y extractos botánicos escogidos cuidadosamente en distintos rincones del mundo. Destacan las hierbas aromáticas de Italia y el Mediterráneo (artemisa y díctamo de Creta); los perfumes florales que se extraen de la rosa de Provins y de las violetas de olor italianas; las frutas, como la frambuesa y el limón español, que proporcionan exquisitos aceites esenciales; las raíces, como la de lirio y la de genciana (ambas, llegadas desde Francia); y maderas provenientes de las islas de Jamaica y Bahamas, que le confieren ese característico sabor amargo. Además, cautivadoras especias, como el clavo de Madagascar y la canela de Sri Lanka, se combinan con el alcohol natural mediante un método tradicional llamado macerato a la girata lenta.
UN PROCESO ÚNICO
Con los elixires de Ivano Tonutti ya seleccionados a mano y una serie de excelentes vinos, Giuseppe Musso, maestro mezclador, funde a la perfección estos ingredientes. De esta manera, consigue capturar con equilibrio y precisión milimétrica la esencia de los productos con los que se elabora Martini, el vermú más icónico y aromático del mundo.