ALMA DE FIESTA
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Montamos una sesión de picoteo en la terraza con Guille García-hoz, Lucía Rivera, Adrián Roma y Michelle Calvó.
Cuatro espíritus creativos, un espacio que invita al relax, exquisita comida, cócteles refrescantes y una guitarra afinada es todo lo que hace falta para convertir una tarde de primavera en una improvisada celebración.
Entre foto y foto, Lucía, Adrián, Michelle y Guille revolotean alrededor de la mesa. Y, mientras intercambian preguntas y risas –no se conocían–, picotean sin parar. Porque los cuatro admiten nada más llegar que les apasiona comer. La modelo Lucía Rivera, hija de la actriz Blanca Romero y el torero Cayetano Rivera, y el cantante Adrián Roma, líder del grupo de pop rock Marlon, lo justifican con una frase que no precisa más explicaciones: «Somos asturianos, y en Asturias la comida es casi una religión». Por su parte, Michelle Calvó, que antes de ser actriz fue jugadora profesional de voleibol, se define como un cruce entre «friki de la nutrición y crítica gastronómica aficionada». Y el interiorista y ceramista Guille García-hoz insiste en dos ideas: que a él se lo conquista por el estómago y que lo más importante de un viaje es, «además de la buena compañía, la gastronomía». Si hablamos de atreverse con los fogones, la cosa cambia. Las chicas pueden presumir de un nivel avanzado; Adrián, con la ayuda de tutoriales, está superando la fase espaguetis carbonara, ahora que va a cumplir los 30; y a Guille –por algo será– su suegra lo llama el Marqués. «Mi pareja no me deja cocinar, pero soy un pinche espectacular y pongo la mesa muy bonita», se justifica.
MENÚS PARA RODAR
Adrián, Adri para los amigos, está a punto de estrenar su primer disco, Cosas que no se pagan con dinero, y ya calienta motores para la gira de este verano. «Disfruto muchísimo cantando en directo; escuchar a todo el público coreando tus canciones es impresionante». A cambio, sabe que le esperan semanas engullendo tristes menús de carretera, aunque no se queja. Gajes del oficio. Michelle también tuvo que renunciar a la dieta vegana por ser prácticamente incompatible con su profesión. Protagoniza dos series de televisión
›› (Cupido, una historia romántica de ciencia ficción que veremos pronto en Playz, la plataforma de contenidos digitales de RTVE, y el thriller político Secretos de estado, en Telecinco) y sabe que los rodajes no son aptos para paladares muy exigentes. «Me he dedicado a aprender; me he tomado las cosas con calma y ahora estoy recibiendo la recompensa –explica la actriz tinerfeña, de 26 años–. La interpretación me viene de familia y siempre tuve claro que quería dedicarme a esto. Mis padres son intérpretes y mi abuela era bailarina en el cabaré Tropicana, en Cuba».
BOCADOS DE MODA
Lucía Rivera también lleva en los genes la pasión por la moda. Y, aunque se formó como DJ, a sus 19 ha decidido dejar a un lado la música para concentrarse en su carrera dentro del universo fashion. «Creo que empecé a trabajar cuando todavía era la niña de mamá, así que me sentía un
poco despistada. Sin embargo, ahora me va fenomenal y estoy muy contenta. La moda es mi verdadera vocación y la ropa me vuelve loca... ¡Sí, casi tanto como la comida! Me cuido porque mi cuerpo lo agradece, aunque, afortunadamente, no engordo: si llego a casa agotada, pido una pizza sin ninguna clase de remordimiento», explica.
Guille García Hoz, que ya ha superado la frontera de los 40, tuvo que dar más vueltas hasta que descubrió qué era lo que le hacía feliz. Es más, el madrileño iba para matemático cuando el interiorismo se cruzó en su camino. «Me di cuenta de que nada era irreversible y ahora soy de esas personas que suman lento», explica a carcajadas. Pone a punto viviendas, tiendas y oficinas de empresas, participa en eventos como Arco y Casa Decor y ha conseguido que sus piezas de cerámica se conviertan en objetos de culto. «La decoración es efímera, pero estos objetos permanecen, y eso es muy gratificante», remata.