CASILDA FINAT
La diseñadora de joyas madrileña nos abre las puertas de El Castañar, el palacio de su familia en Toledo, para mostrarnos cómo recibe en su casa durante las Navidades. Una pista: el ‘menos es más’ no va con ella.
La empresaria comparte sus tips para recibir en casa. ¡Todo un placer!
Casilda Finat (Madrid, 1983) es joven, emprendedora y constante. Y está sobradamente preparada. Al frente de la frma de joyas que lleva su nombre, la diseñadora ha cosechado un enorme éxito. Dio sus primeros pasos en 2012, año en el que concibió una pequeña colección de piezas bañadas en oro para vender en mercadillos multimarca y en pop-up stores de la capital. Desde entonces su pasión se ha convertido en un trabajo non stop, en el que las redes sociales juegan un papel tan relevante como los bocetos y las sesiones en el taller: con más de 93.000 seguidores en Instagram (@casildafnatmc), es una de las microinfluencers más relevantes del panorama nacional, además de la responsable de un portfolio en el que brillan los pendientes en formato XL, los colgantes y los brazaletes
de espíritu minimalista. Piezas que se pueden encontrar en la web de la enseña (casildafnatmc.com) y en sus dos tiendas físicas, en Sevilla (Montecarmelo, 44) y Madrid (Lagasca, 106). Ambas direcciones se han convertido en lugares de peregrinación para rematar los mejores looks de festa y para hacer el regalo ideal. Lo que a ella, por su parte, la convierte en una gurú del delicado arte de preparar unas veladas perfectas.
TODOS A LA MESA
«Lo mejor de la Navidad es poder reunirse con la familia», asegura. «Me ilusiona especialmente porque, desde que me casé, vivo en Sevilla. Y, pese a que estoy feliz allí y voy continuamente a Madrid por trabajo, me encanta volver a casa de mis padres en estas fechas. Somos muchos primos, por lo que no es fácil que coincidamos a lo largo del año. Pero el día de Nochebuena, nadie deja de ir a cenar con la abuela». Una fgura, por cierto, que ha influido de manera notable sobre ella a la hora de recibir. «Es una experta anfitriona de la que espero haber heredado algo. Pone unas mesas maravillosas, clásicas, con centros en tonos rojos, flores, frutas, cientos de velas... Cada vez son diferentes y, por difícil que parezca, se supera siempre», cuenta Casilda. Eso sí, ella prefere las cenas pequeñas e informales entre amigos a las más grandes. Y, aunque reconoce que cocinar no es uno de sus fuertes, tampoco suele encargar la comida fuera. En este caso sigue los consejos de su madre: hacerlo con cariño y paciencia. «En ocasiones puntuales me gusta sacar una vajilla maravillosa de Vista Alegre que nos regalaron por nuestra boda. De cara a estas fechas especiales apuesto por los platos más tradicionales, como el pavo relleno con guarnición de puré de castañas y manzanas: es uno de los infalibles. Como aperitivo, jamón, foie y taquitos de salmón. Y, de postre, tartas, que vamos variando de año en año, acompañadas de helado de vainilla y salsa de chocolate», desgrana.
Le preguntamos cuáles son los acordes visuales y olfativos de su Navidad. «El paisaje del campo verde y los olores a tierra mojada, a velas aromáticas y a chimenea», responde. Y los sonidos de la charla animada y de las risas componen su banda
PERO LO HAGO CON CARIÑO Y PACIENCIA»
sonora. Para lograr que eso se convierta en realidad, prepara la casa con mucho mimo, cuidando cada detalle, de forma que resulte acogedora: pone algo de música para ayudar a crear ambiente, enciende luces indirectas... Por supuesto, lo adereza todo con un estilismo espectacular, arreglado pero en clave effortless.
CHRISTMAS STUFF
Como es lógico, para la diseñadora las joyas son absolutamente imprescindibles en cualquier momento, más aún, durante las festas. «Lo de menos es más no va conmigo. Mi estilo es ecléctico, y me gusta llevar muchos collares, colgantes, anillos... Los voy cambiando cada día, rigurosamente. Además, por si fueran pocos los piercings que tengo (cuatro en una oreja), soy fan también de los earcuffs», dice en referencia a los pendientes que se colocan en la parte superior del lóbulo y que no necesitan agujero. «Me los verás casi siempre. La verdad es que soy como un muestrario andante de mis piezas, porque he comprobado que a la gente le encanta saber exactamente cómo quedan. Así que me he convertido en mi mejor embajadora», añade entre risas.
Con todos estos mimbres, que van desde la comida casera hasta una decoración cálida y un fuerte componente de moda, no nos extraña lo más mínimo que Casilda sea considerada una anfitriona modélica. Ni tampoco que siempre esté deseando ver llegar esta época del año.