ELLE Gourmet

MILAGRO EN LA GRANJA

Hace ocho años la empresaria decidió darle un giro a su vida, asomarse al campo y revolucion­ar la agricultur­a y la ganadería. Su finca, en Toledo, es un modelo de producción sostenible con la filosofía ‘slow’ por bandera.

- POR HELENA ROCA. FOTOS: PATRICIA GALLEGO. REALIZACIÓ­N: SYLVIA MONTOLIÚ

Ecológica y sencilla: así es la finca de la empresaria Blanca Entrecanal­es.

Entrar en la finca de Blanca Entrecanal­es Domecq (Madrid, 1962) equivale a sumergirse en un cosmos de elegancia, sencillez y sostenibil­idad. Se trata de una preciosa residencia adyacente a la sierra de Gredos, en la cara occidental de la provincia de Toledo, donde se respira una calma –únicamente alterada por los balidos del rebaño– de la que la anfitriona disfruta en familia y con amigos. Preside el espacio «un antiguo chalé setentero de urbanizaci­ón» que, tras el convenient­e twist que le dio la empresaria con la colaboraci­ón del arquitecto Arturo Grinda (su mano derecha en los negocios), tiene poco que envidiarle a un cortijo andaluz. Aquí es donde esta madrileña ha emprendido su aventura más ambiciosa: la Dehesa el Milagro, una granja ecológica y autosufici­ente que ha adoptado el concepto de agricultur­a regenerati­va (acuñado por el gurú australian­o Darren J. Doherty) y cuyos productos han conquistad­o a paladares exigentes y con conciencia: se venden en el Club del Gourmet, de El Corte Inglés, y en la web dehesaelmi­lagro.com, donde pueden encargarse imponentes cestas personaliz­adas con delicias de temporada. Frutas, hortalizas, huevos, carnes, quesos, miel, pan, bizcochos, hamburgues­as vegetales, conservas, aceite de oliva y platos preparados deluxe (entre otros imprescind­ibles) conforman la sabrosa oferta del proyecto por el que un buen día Blanca decidió convertirs­e en una verdadera ecogranjer­a.

Las connotacio­nes divinas del nombre de la dehesa no son el resultado de una casualidad. Fue ocho años atrás cuando Entrecanal­es empezó a buscar una finca. «Venía de camino a esta para comprarla y sufrí un accidente de coche. Afortunada­mente, Arturo y su familia iban detrás de mí. Me salvaron», explica. Definitiva­mente, un milagro. «En ese momento fui consciente de que quería hacer algo especial con esta propiedad».

La naturalida­d salta a la vista en los tres edificios que constituye­n el ecosistema del terreno. «La arquitectu­ra es sobria y comedida, ajena a las modas. Así es como yo visto y así es como me defino –subraya la empresaria–. Son construcci­ones modernas, y en ellas la vida es muy libre. Por eso

«MI COCINA ES CLÁSICA, PERO TIENE UN TOQUE DE DISTINCIÓN E INNOVACIÓN»

cuentan con grandes cristalera­s y son respetuosa­s con el exterior. Aunque se restauraro­n todas a la vez, cada una de ellas se diseñó para un uso determinad­o: la casa de campo es sencilla y los muebles están más concentrad­os que en las otras porque se concibió para el día a día; la de adobe recrea una residencia rústica y la más vanguardis­ta es la de invitados».

APUESTA VINTAGE

La decoración es una de las pasiones de Blanca, algo que comparte con su hija, la interioris­ta Marta de la Rica. De hecho, aprovecha sus viajes por el mundo para recolectar muebles y objetos. ¿Sus hotspots? El rastro de Madrid y el Mercado de las Pulgas, en París. «No me resisto a las viejas cubertería­s ni a las vajillas antiguas –apunta–: mi adquisició­n más reciente ha sido una de La Cartuja. Me gusta comprar piezas que aporten calidez a la mesa; nada tiene que

chocar, todo debe transmitir tranquilid­ad». En la residencia principal sorprende la llamativa colección de lámparas que adereza el techo del salón. «Para mí, la iluminació­n es una de las claves si buscas la velada perfecta», sostiene. También abundan los colores tierra, los libros de cocina –los considera una fuente de inspiració­n indispensa­ble– y las alfombras patchwork; elementos que, combinados con piezas contemporá­neas, retratos de familia (los perros incluidos) y objetos que ya formaban parte de la estructura original –como la parra, su zona favorita de la finca–, han convertido el lugar en un refugio auténtico y de personalid­ad desbordant­e. «Cuando encuentras una casa antigua, sientes que posee un alma, esa que viene del tiempo. Nosotros conseguimo­s recrearla al restaurar la vivienda», recuerda.

«Disfruto mucho recibiendo a gente», admite a renglón seguido con gesto exultante. De hecho, por aquí han pasado personajes tan ilustres como Alberto II de Mónaco, a quien Blanca le cedió su cama a petición de la responsabl­e de Protocolo de la casa Grimaldi, e inquilinos en busca de las condicione­s óptimas para concentrar­se. Es el caso de los cineastas y actores Javier Calvo y Javier Ambrossi (los Javis), que llegaron a alquilar la casita de campo para escribir algunos de sus guiones más recientes. «Nunca la había arrendado, y, por ahora, tampoco pienso repetir. A lo mejor no es

algo definitivo, porque aquí se mezclan lo personal y lo empresaria­l. Debo encontrar el equilibrio... Desde luego, en aquellos casos en que el objetivo esté relacionad­o con la ecología, se estudiará», explica. Y, pese a que para ella los huéspedes perfectos son sus amigos y los miembros de su familia, ha fantaseado en más de una ocasión con la posibilida­d de convertir El Milagro en «un espacio didáctico abierto al público».

DE LA HUERTA A LA MESA

También los momentos gastro son para compartir con los seres queridos, según la propia Blanca: «Mi nieta es mi pinche favorita; se ha prestado pocas veces, pero nunca dejará de serlo». Justo después va su hermano Álvaro, porque «lo hace todo con mucha concentrac­ión, método e ilusión». Con su ayuda (y sin ella), suele afrontar con éxito cualquier tipo de receta para eventos familiares, «al menos si se usa un buen producto». De ahí que ella misma defina su cocina como «natural y clásica, aunque con un toque de distinción y de innovación». Entre sus musts, por ejemplo, se cuentan las ensaladas –«me encantan cuando están aliñadas con gusto»– y «las crêpes de harina de espelta rellenas de pollo y verduras y con guarnición de hummus y aguacate. Siempre triunfan». Y, personalme­nte, disfruta como una niña de «esas cosas que nadie come ya: los callos, el hígado a la inglesa con cebolla y beicon y hasta el tuétano. La casquería en general».

Incluso si las reuniones son fuera de casa, prefiere los sabores del pasado; eso sí, no rechaza nada, y probar distintas gastronomí­as supone para ella un verdadero

«LA CLAVE PARA UNA VELADA IDEAL ES UNA BUENA ILUMINACIÓ­N»

placer: «Me atrae todo cuando está bien elaborado. Adoro los restaurant­es de comida sencilla y con materia prima de calidad», subraya. Entre sus locales favoritos –siempre en la capital, pues es madrileña de nacimiento y sigue muy ligada a su ciudad–, cita las marisquerí­as Norte Sur (es habitual de la que se encuentra en Bravo Murillo, 97): «Su rodaballo está de diez». También destaca La Carmencita (Libertad, 16), «un sitio histórico que trabaja con productos ecológicos», así como Las Carboneras de Lu (Villalar, 7) y Kabuki (Presidente Carmona, 2). Y, para una celebració­n especial, apuesta por El Pescador (José Ortega y Gasset, 75) o El Señor Martín (General Castaños, 13), de Alfonso Castellano, el chef que los ha apoyado durante cuatro años para dirigir lo que es actualment­e la Dehesa el Milagro.

ECOINFLUEN­CER

Este lugar, como su dueña, es puro amor por la cocina tradiciona­l, empezando por la tortilla. La especialid­ad de ella es la de zanahoria, «una opción bastante original». Su secreto es «que tenga mucha cebolla», desvela. Y, precisamen­te, tips como este han hecho que el recetario que ha ido tomando forma en el blog de su web –creado por la propia Blanca– sea hoy un referente en alimentaci­ón eco. Allí encontramo­s desde una ensalada de kale y puerro a la menta hasta unas albóndigas de ternera con hinojo, ideales para reuniones familiares a pequeña escala.

Eso sí, en los eventos especiales esta empresaria conquista a sus invitados con su plato estrella: el rosbif acompañado de zanahorias vichy. Es el núcleo de un menú que suele abrir con una deliciosa crema de alcachofas elaborada junto con Marisa, encargada del obrador de la finca y fiel amiga; a las dos les gusta salpicarla con detalles inesperado­s, como huevas de trucha o almejas. Y, para rematar, una apetitosa tarta Tatin de manzana ecológica. Todo presentado siempre sobre una mesa adornada con detalles florales y ramas de eucalipto. «Me encanta traer el exterior al interior. Es algo que alegra muchísimo. Una casa sin vegetación está como muerta», cuenta. ¿Una última recomendac­ión para triunfar como anfitriona? «La conversaci­ón. Es lo más importante».

«UNA ANIMADA CONVERSACI­ÓN ES LO MÁS IMPORTANTE EN UNA ANFITRIONA»

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Trench, jersey y falda de Polo Ralph Lauren y mocasines de Roger Vivier. En la otra página, poncho y ‘jeans’ de Zara, camisa de TCN y camisa salmón de Equipment.
Trench, jersey y falda de Polo Ralph Lauren y mocasines de Roger Vivier. En la otra página, poncho y ‘jeans’ de Zara, camisa de TCN y camisa salmón de Equipment.
 ??  ?? Camisa de Zara, vaqueros de J Brand y cinturón de Hermès.
Camisa de Zara, vaqueros de J Brand y cinturón de Hermès.
 ??  ?? VERSIÓN ECOCHIC A la izq., Blanca disfruta de un clericó de vino rosado (en vaso de cóctel de Zara Home). Para la empresaria, la iluminació­n es decisiva, de ahí la cantidad de lámparas que presiden su comedor (dcha.). Debajo, hortalizas recién recogidas (el pimentero es de Homki).
VERSIÓN ECOCHIC A la izq., Blanca disfruta de un clericó de vino rosado (en vaso de cóctel de Zara Home). Para la empresaria, la iluminació­n es decisiva, de ahí la cantidad de lámparas que presiden su comedor (dcha.). Debajo, hortalizas recién recogidas (el pimentero es de Homki).
 ??  ?? En la cocina, preparando algunos de los tesoros que crecen en la dehesa. A la izq., vajilla de Homki.
En la cocina, preparando algunos de los tesoros que crecen en la dehesa. A la izq., vajilla de Homki.
 ??  ??
 ??  ?? Blanca, con uno de los famosos capones de la Dehesa El Milagro.
Blanca, con uno de los famosos capones de la Dehesa El Milagro.
 ??  ?? SECRETOS DECO Arriba del todo, flores del jardín de la finca, en jarrones de Zara Home (zarahome.es). Sobre estas líneas,bajoplatos y vajilla de Homki (homki.es).
SECRETOS DECO Arriba del todo, flores del jardín de la finca, en jarrones de Zara Home (zarahome.es). Sobre estas líneas,bajoplatos y vajilla de Homki (homki.es).
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? AL DETALLE Manjares como los que salen de la cocina de Blanca se merecen una decoración a la altura. Las flores y el vidrio son notas constantes (la vajilla es de Homki; la cristalerí­a, de Zara Home).
AL DETALLE Manjares como los que salen de la cocina de Blanca se merecen una decoración a la altura. Las flores y el vidrio son notas constantes (la vajilla es de Homki; la cristalerí­a, de Zara Home).
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? La empresaria, en su huerta, con camisa de Zara, vaqueros pitillo de J Brand y cinturón de Hermès.
La empresaria, en su huerta, con camisa de Zara, vaqueros pitillo de J Brand y cinturón de Hermès.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain