ELLEGOURMET
››crema de gorgonzola, pesto de perejil y crujiente de beicon. Reserva un hueco para acercarte a las salinas ajedrezadas excavadas en piedra de Marsalforn (con un poco de suerte, soplará el viento y serás testigo del oleaje sobre sus formaciones de caliza). Y, en Victoria, hazte con delicias como el sorprendente carob (licor de algarrobo), tomates secos, alcaparras o su exquisita miel.
SIEMPRE EL MAR
Si eres playera, alójate en el Westin Dragonara (marriott.com), en San Julián, o dirígete al norte y elige hamaca en cualquiera de ellas: Mellieha, Golden Bay, Riviera o Ghajn Tuffieha (donde, por cierto, es imprescindible tomarse un cóctel en Singita Miracle Ghajn Tuffieha Bay, coincidiendo con la caída del sol). Remata la jornada cenando unos involtini (una especie de crêpes) de berenjena, calabacín, pesto de tomate seco y stracciatella de búfala en Madliena Lodge (Triq Il-bir, Is-swieqi).
Dedica una mañana a ir a Marsaxlokk (mejor si es en domingo, por su mercado de productos locales), en el sudeste de Malta, un pueblo pescador cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo gracias a sus luzzus, barcas de colores con el legendario ojo de Osiris pintado en la proa. En cualquier terraza disfrutarás de pescado y marisco frescos, como en Pastaus Lab (Pjazza, Il-madonna Ta' Pompeio) y en Ta’ Annamari (28, Xatt is-sajjieda).