ANSÓN & BONET
Desde su consultoría gastronómica, asesoran, renuevan y crean nuevos conceptos ‘foodies’.
Apesar de haber estado vinculada desde niña al mundo culinario, –su padre, Rafael Ansón, ha sido presidente de la Real Academia de Gastronomía durante 40 años–, Alejandra estudió Biología y realizó prácticas en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. «Comprobé que no era lo mío y lo dejé para montar Elite Gourmet, un sello de calidad deli», cuenta ella. Miguel Bonet eligió Historia del Arte y, muy pronto, comenzó a emprender. Se conocieron cuando surgió la idea de abrir The Table by, el restaurante pop up del Hotel Urso, una innovadora iniciativa que trasladaba espacios foodies a la capital. «Visitamos más de 35 establecimientos por toda España para preparar la selección, conectamos enseguida y nos hicimos amigos», recuerdan. De ahí surgió el germen de Ansón & Bonet (ansonybonet.com), una consultoría gastronómica global. «Desarrollamos el concepto, el plan de negocio y financiero, la estructura gastro y la búsqueda de personal. Y coordinamos a los proveedores: interioristas, agencias de comunicación y de branding, chefs... Siempre elegimos a los mejores».
FACTORÍA DE PROYECTOS
Sus creaciones van desde una vermutería en la Gran Vía (Gran Clavel) hasta un bar terroir en Abadía Retuerta (Calicata), pasando por un café brunch en Lavapiés (Adorado). Actualmente, tienen entre manos la reforma del madrileño mercado de San Antón, el nuevo restaurante del Museo de Bellas Artes de Bilbao by Norman Foster y el próximo café Fayer. ¿El secreto del éxito de un espacio? «Que tenga alma», subrayan.
Es como si hubiese pasado un tornado y me hubiese arrastrado». Roberto Bosquet no imaginaba su vida entre fogones. Sin embargo, un cúmulo de casualidades, aderezadas con esfuerzo y empeño, le dieron un giro de 180 grados. «Empecé siendo socorrista; me encantaba ayudar a la gente. Así que busqué una profesión que me permitiese hacerlo todo el año», relata. Eligió estudiar las oposiciones a bombero. «Estudiaba y me entrenaba mucho, pero necesitaba un plus. Y me di cuenta de que me lo podía dar la comida» añade. Le pedía a su madre platos healthies porque «no tenía ni idea de cocina». Cuatro años después, ya con su plaza fija, su curiosidad se disparó. «Aunque la alimentación saludable me había hecho mucho bien, era muy aburrida. Buscaba recetas y cursos de gastronomía sana y no había nada. Así que comencé a probar variando ingredientes. Al principio era un drama; eso sí, pocos años más tarde ya me pedían que llevase yo los postres», explica.
EL TORNADO DIGITAL
En las redes vio «una vía de ayudar, de animar a la gente a cocinar de forma más healthy». Pasados seis años, Chef Bosquet cuenta con más de medio millón de seguidores en Instagram, dos restaurantes Naked & Sated en Madrid (Estébanez Calderón, 3 y Serrano, 110) y tres aperturas previstas para 2021. Su nuevo proyecto, Illicit, especializado en bebidas y postres, rueda a toda máquina. Y acaba de publicar su segundo libro: El placer de comer sin remordimientos (Espasa). «La cocina me cambió la vida», dice. Sin duda, la pizza de quinoa y los dónuts saludables, sus grandes hits, han cambiado la de miles de personas. Es lo que tiene disfrutar sin culpa.