Tarta de queso batido, limón y chocolate blanco
Para 6 personas.
Dificultad: media.
Elaboración: 40 minutos
(+ 6 horas en la nevera).
Ingredientes: 80 g de mantequilla en pomada, 150 g de galletas de mantequilla, 1 pizca de sal, 5 láminas de gelatina, 200 ml de nata, 1 limón, 400 g de queso batido, 70 g de azúcar, 2 sobrecitos de azúcar avainillado, 3 cucharadas de limoncello, 1 tableta de chocolate blanco.
Parte las galletas en trozos pequeños: mete la mitad en una bolsa con cierre hermético y aplástalos para conseguir que sean aún más pequeños. Mézclalos todos con la mantequilla y la sal y trabaja con las manos para conseguir una textura arenosa pero uniforme. Cubre con papel vegetal la base de un molde desmontable de 18 centímetros de diámetro: reparte la masa de galletas por encima y presiónalas bien contra el fondo. Refrigera. Aparte, sumerge la gelatina en agua fría 10 minutos. Mientras tanto, bate la nata hasta que forme picos y métela en el frigorífico. Lava el limón con agua caliente, sécalo, ralla la cáscara y exprímelo. En un bol, junta el queso batido con la ralladura de limón, el azúcar y el azúcar vainillado para obtener una textura suave. Calienta el zumo de limón y el limoncello en un cazo sin que lleguen a hervir. Incorpora la gelatina escurrida y remueve para que los ingredientes se integren. Vierte el resultado en el recipiente del queso batido, dale vueltas, refrigera unos 15 minutos y añade la nata que has montado previamente. Agita bien y vuelca la masa que obtengas en el interior del molde (repártela de manera uniforme con la ayuda de una espátula). Conserva en la nevera como mínimo 6 horas. Pasado ese tiempo, decora con virutas de chocolate blanco (puedes hacerlas tú misma con un pelador). Con un cuchillo, separa la tarta de las paredes del molde, abre este y sirve.