¿EL PRECIO? MUCHO
Bárbara Zorrilla Pantoja, psicóloga experta en intervención con mujeres. ¿Aceptación? Sí, porque ¿quién no necesita la aceptación; saber que su trabajo está bien, que es una buena madre o amiga...?
IDEALES QUE INTERIORIZAMOS
¿A dónde nos conduce esto? A hacer nuestros esos patrones (creemos que es a lo que realmente debemos aspirar). “Esos agentes de socialización nos envían mensajes más o menos explícitos (es decir, a través de instrucciones directas o sutiles, como los modelos que aparecen en televisión), que posteriormente interiorizamos, hacemos nuestros, y así los enfocamos como los logros a conseguir en todas las áreas de nuestra vida”.
MÁS QUE INSATISFACCIÓN
“Probablemente, el perfeccionismo sea la cualidad más valorada socialmente. Hay que ser el empleado perfecto, la madre perfecta, tener una relación de pareja perfecta, y todo esto cueste lo que cueste, aunque el precio sea la constante insatisfacción”, apunta la misma psicóloga.
Y es que -como ella avisa- las consecuencias de considerar la imperfección como algo negativo en lugar de algo esencialmente humano redunda en problemas de autoestima, necesidad de infalibilidad y precisión, sensación de poca valía, estrés crónico y complejo de inferioridad...”.
FRENA TU CULPABILIDAD
¿Cuál es el sentimiento mediante el cual acaba aflorando toda esta presión e insatisfacción? Sin lugar a dudas, la culpabilidad. Nos sentimos culpables por no dar la talla y no sólo ante los demás, sino -lo que es más grave- ante nosotras mismas, con lo que perdemos nuestra fe en nuestra valía y acotamos aún más nuestras posibilidades. “Lo experimentamos cuando se produce un choque entre el modelo ideal que tenemos interiorizado (cómo