Mía

3 PREGUNTAS DE LAS LECTORAS

- Por MARIBEL ESCALONA

mí me gustan todos. La vida es para compartirl­a y a mí me encanta rodearme de la gente que me quiere y que quiero, pero también necesito mis espacios y mis momentos de reflexión y calma.

¿Buscas esa paz en el yoga? Las sesiones de yoga me van bien para respirar y desconecta­r. En mi cuenta de Instagram publico fotos practicánd­olo bajo el epígrafe: “Hay que aprender a estar solo con uno mismo y saber desconecta­r”.

¿Te hace ilusión nadar junto a Gemma Mengual? Nos conocemos desde hace muchísimos años. Me ha entrenado, he competido con ella en equipo y aprendemos una de la otra constantem­ente.

¿La alumna se comerá a la maestra? No mantenemos una rivalidad. Estamos en momentos vitales muy distintos. Gemma ha vuelto para estos Juegos y a mí todavía me queda mucho camino que recorrer.

¿Te sientes afortunada? Mucho, porque vivo de lo que me gusta y cobro por ello. Tengo amigos que son muy buenos en lo que han estudiado, que no encuentran trabajo o que cobran muy poco. Por eso intento no quejarme.

Entraste en la Selección Nacional en 2004 y llevas desde 2007 ganando medallas. ¿Dónde las tienes? En un colgador en mi habitación y las más importante­s, en un cajón, bien guardadas. Las que gane pienso ponerlas en el mismo lugar [risas]. Soy competitiv­a, y siempre se puede aprender más y mejor. No hay techo.

Ya eras una niña muy flexible, pero ¿para convertirt­e en nadadora te influyó pasar las vacaciones en Menorca? Cuando era niña, mis padres me encontraba­n durmiendo hecha un ovillo. Era muy elástica. Mi madre tenía muy claro que LAS CUESTIONES SOBRE ONA CARBONELL QUE DESPIERTAN MAYOR CURIOSIDAD ENTRE NUESTRAS LECTORAS.

Haz tus preguntas en: www.miarevista.es teníamos que aprender a nadar de bebés. Veranear en Menorca significab­a mar y era la mejor manera de evitar accidentes en el agua. Tanto nadaba, que a los siete años ya volvía nadando de los paseos en barca con los amigos de mis padres en Sa Caleta.

¿Eras una niña disciplina­da? Hacía gimnasia rítmica y a mí el agua siempre me ha encantado. De pequeña me pasaba horas y horas en el mar sin salir. Entonces mis padres me instaron a probar la natación sincroniza­da, una mezcla de las que son mis dos pasiones, el baile y el agua. Lo empecé, me encantó, y hasta hoy.

Con tu hermano Max te llevas de maravilla. ¿Él también es nadador? Lo suyo es el fútbol. Lo adoro, estamos muy unidos. Es mi hermano pero también mi amigo y confesor. Ahora acaba de doctorarse en Biología.

Recaudas fondos para la Unidad infantil de Oncología del Valle Hebrón… Y también soy madrina de Aldeas Infantiles. Una de las mejores cosas que tiene ser un personaje público es poder ayudar a la gente. Destiné una parte de la primera beca que cobré del Gobierno, hace ocho o nueve ¿Se molestó tu novio cuando te relacionar­on sentimenta­lmente con Gassol? O.C.: Nunca es fácil que hablen de tu vida personal, pero somos personajes públicos y aunque a veces salen noticias que no tienen ni una pizca de verdad, hay que aceptarlo. Tengo pareja desde hace siete años; años, a apadrinar a una niña de la India a través de la Fundación Vicente Ferrer. El año pasado viajé a la India a conocerla y fue emocionant­e.

¿Piensas en la maternidad? Muchas veces porque me gustan mucho los niños. Todo llegará.

¿Cuidas la alimentaci­ón? Afortunada­mente tengo un cuerpo atlético y no necesito hacer dieta, pero intento mantener un equilibrio. Cada mañana desayuno un zumo con las frutas que tengo en la nevera, como kiwi o plátano, leche de avena, frutos secos y si almuerzo carne, ceno pescado o hidratos. Me doy algún capricho: palomitas en el cine o pastel en una fiesta de cumpleaños. Y cada noche, un trocito de chocolate negro al 85 %.

¿Eres coqueta? El cabello lo cuido con el champú Gliss de Schwarzkop­f porque me da volumen y brillo. Como entreno mañana y tarde, me lo lavo cada día. Unas veces uso solo el champú y otras, también la mascarilla. Y para la piel del cuerpo, siempre me doy un protector solar. se llama Pablo y estoy estupendam­ente con él porque basamos nuestra relación en la confianza. Pau y yo somos buenos amigos y nos admiramos como deportista­s. ¿Se llora mucho en la natación sincroniza­da? O.C.: Es muy duro, hay momentos de fatiga absoluta, mental y física, de no poder

“En la sincroniza­da te juegas 4 años de trabajo en los 2 minutos y 45 segundos de una final olímpica”.

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