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Entrar es tan fácil como no pagar una factura de móvil. Salir (incluso enterarte de que estás dentro) ya se complica un poco más. Puedes pedir la información: los ficheros son públicos y gratuitos.
Da igual que sean 6,50 € por una factura de móvil injusta que 1.000 € acumulados de impagos de la luz. Si tienes una deuda, puedes estar en un registro de morosos. Y es más, puede que ni siquiera lo sepas y te enteres al ir a pedir un préstamo o al intentar financiar una compra.
¿QUIÉN ME HA METIDO AQUÍ?
Las deudas más habituales son las generadas con las empresas de suministros y con entidades financieras, dice Irene Culebras, abogada de Legálitas. Y los si han pasado 6 años desde que hubo que proceder al pago de la deuda o del vencimiento de la obligación. Además, la empresa debe requerirte fehacientemente el pago de la deuda antes (no vale con que se te remita la factura) y avisarte de que, de no hacerlo, podrían incluirte en el registro de morosos. Una vez lo haya hecho, tiene que avisarte en un plazo de 30 días para que puedas ejercer tus derechos. “Pese a esta obligación legal, la realidad es que esa notificación a menudo no llega”, reconoce Culebras, con los perjuicios que ello conlleva.
Estar dentro, sea cual sea el motivo o la cantidad debida, “puede convertirse en un impedimento a la hora de solicitar un crédito, la financiación para la adquisición de cualquier bien o el alta en cualquier compañía de servicios.
¿CÓMO SALIR DEL FICHERO?
La opción más fácil es pagando la deuda. Porque el problema es, como explica Culebras, que los particulares están a menudo indefensos frente a estos procedimientos si la deuda no es suya, si no están de acuerdo con ella (por ejemplo, porque es una deuda por servicios no prestados realmente) o la cantidad es inexacta, pues deberán demostrar documentalmente su palabra y la mayoría de las veces “se encuentran frente a un muro infranqueable sin la ayuda de un abogado”. Por suerte, sostiene, “tras una época en la que se incluía en las listas indiscriminadamente, ahora hay muchos más bufetes y organizaciones de defensa al deudor”.
‘LIMPIA’ TU NOMBRE
Una vez pagada la deuda, y prueba en mano, asegúrate de exigir que eliminen tu nombre del registro, porque una vez se cobra, al acreedor se le esfuman todas las prisas para seguir el protocolo. Suele suceder que “nadie comunica que esa deuda ha sido pagada, y el deudor no lo hace porque no sabe que debe o puede hacerlo él mismo”, explica la experta. Acude al fichero personalmente (en ocasiones no se permite ni que lo haga tu abogado a través de un poder notarial) y ejerce tu derecho a la cancelación de tus datos. Por ley, tendrán un mes para responder a tu demanda tras la solicitud y los 10 días siguientes para comunicártelo por correo. Si algo sale mal o no puedes permitirte esperar, que sepas que, por ley, a los 6 años (sea cual sea tu deuda) todos tus datos deben borrarse de cualquier fichero.