En el bachillerato tradicional está muy presente la figura del profesor como transmisor de contenidos, mientras que en el internacional pasa a ser un guía que orienta los proyectos de sus alumnos.
El Bachillerato Internacional (IB) es un programa muy centrado en el alumno, en el que éste es el auténtico protagonista de su proceso de aprendizaje y del desarrollo de sus competencias. Pretende situar al alumno en un entorno educativo global, lo que supone un importante desarrollo de su capacidad crítica y de su autonomía.
En el bachillerato tradicional todavía está muy presente la figura del profesor como transmisor de contenidos. En el IB, éste pasa a desempeñar un papel de “guía” que orienta los procesos de trabajo e investigación de sus alumnos. Esto implica un proceso muy exigente de formación de los profesores en esta nueva
Actualmente son muchos los centros alrededor del mundo que ya participan de este programa.
En nuestro país, cada año se van añadiendo nuevos colegios e institutos (en 2015 se contabilizaron 78 en total). La mayor parte de ellos son privados o concertados que, en su última etapa de bachillerato, pasan a ser privados. Pero también existen centros públicos (26 de los 78) que ofertan esta modalidad de IB subvencionada. Estos institutos realizan un proceso de selección, ya que el número de alumnos por clase con esta metodología es de unos 20.
El coste del Bachillerato Internacional es prácticamente el doble del que se viene cursando hasta ahora en la mayor parte de los centros. Este es uno de los principales motivos por el que el número de plazas que se ofertan en la enseñanza pública gratuita sea menor.
En el caso del alumno que vaya a estudiar en una universidad pública, con el actual sistema de baremación (que de momento parece que va a seguir igual), solamente podría aspirar a un 10 sobre 14, es decir, al equivalente a la fase general de selectividad. Por lo que, si su intención es entrar en una carrera que tenga una nota de corte superior a 10, tendría que preparar adicionalmente y presentarse a la fase específica de la PAU vía UNED. Y eso en el caso de que en la nota final del IB hubiese obtenido la nota máxima (42) equivalente al 10 del bachillerato tradicional.
Aunque el año que viene no va a existir la PAU como tal, es muy probable que los alumnos tengan que realizar otra prueba de selección (llamada reválida), que también será puntuada.
Poniendo un ejemplo, un alumno que quiera estudiar Medicina en España, se quedaría lejos de la actual nota de corte y se vería obligado a preparar y presentarse a la fase específica. Tendría que compensar las diferencias del programa del IB y del examen oficial que haya en nuestro país en ese momento.
Una de las actuales líneas de trabajo del IB está precisamente en cambiar este sistema de baremación entre la nota del IB y la del bachillerato tradicional.