Mía

6 VIRTUDES higos DE LOS

Con independen­cia de las variedades (hay más de 750), la conocida como fruta de los filósofos, aunque calórica, posee interesant­es cualidades nutritivas.

- por SONIA CORONEL

1. Aportan energía Como el mango o el caqui, son ricos en hidratos de carbono,

así que proporcion­an energía (es la única fuente para el sistema nervioso y las células sanguíneas). De hecho, parte de esta ‘gasolina’ que no se usa de forma inmediata se acumula en hígado y músculo en forma de glucógeno y facilita la recuperaci­ón tras un entrenamie­nto. “Toma 2 o 3 piezas antes de ir al gimnasio”, explica Jessica Hierro, dietistanu­tricionist­a de la clínica Alimmenta ( alimmenta.com). 2. REPARAN LAS MUCOSAS Contiene una cantidad moderada de un carotenoid­e (provitamin­a A) de acción antioxidan­te que, al llegar al organismo, se metaboliza en vitamina A. Esta sustancia orgánica, entre otras funciones, es útil para la salud ocular y favorece la resistenci­a ante las infeccione­s, restaura y nutre las mucosas, tanto de las que se ven (boca, labios y lengua) como de las que no (mucosa del esófago, estómago e intestinos) y ayuda al buen estado de piel y huesos. 3. Actúan contra el estreñimie­nto

Es considerad­a una fruta laxante por su aporte en fibra soluble,

contiene aproximada­mente un 2,5 %. Esta ayuda a recuperar el tránsito intestinal, ya que la fibra capta agua y aumenta el volumen fecal, haciéndolo más fluido, lo que favorece una correcta excreción. “Es especialme­nte interesant­e su consumo en casos de estreñimie­nto”. Ademas, los higos se digieren bien porque contienen fermentos emolientes que se absorben sin problemas por el tracto gastrointe­stinal. “Puede consumirse en cualquier momento del día, entre horas, de postre o como parte del desayuno”. 4.Cuidan el intestino

“Su fibra soluble actúa como

prebiótico estimuland­o el crecimient­o de las bacterias beneficios­as en el intestino delgado”, explica la experta. ¿Otros efectos sobre la microbiota, antes denominada flora intestinal? Inhibe el crecimient­o de sustancias patógenas, sirve de sustrato alimentici­o a bacterias vivas (probiótico­s) y ayuda a la digestión de otros nutrientes, sobre todo de los minerales. 5. Favorecen la densidad ósea En su presentaci­ón pasificada, los higos son ‘amigos’ de los huesos.

“Aportan 250 mg de calcio por 100 g, mientras que en la opción fresca contienen 38 mg por 100 g”. Aun así, se debe moderar su consumo en casos de sobrepeso y diabetes por su contenido en azúcares. Además, según la experta, la salud ósea no solo depende del calcio de los alimentos sino de otros factores como el aporte de vitamina D, la actividad física o el consumo de sal o cafeína. 6. AYUDAN A CONTROLAR LA HIPERTENSI­ÓN El higo tiene oligoeleme­ntos que ayudan a controlar la presión sanguínea (fibra, potasio y magnesio). Sin embargo, como ningún otro alimento, tiene en sí mismo efectos curativos. Su consumo sería favorable para este trastorno dentro de una dieta sana baja en grasas y en sal, acompañada de cambios en el estilo de vida: eliminar sustancias tóxicas (alcohol o tabaco), bajar el estrés, vigilar la báscula y combatir el sedentaris­mo.

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