Mía

Errores que dificultan su aprendizaj­e

Que consigan el éxito en los estudios no depende de que echen horas en casa delante de los deberes. La motivación y emoción que sientan por lo que hacen serán fundamenta­les y en ello, padres y educadores tenemos mucho que decir.

- por MACARENA ORTE

Muchas veces nuestros hijos no consiguen el rendimient­o deseado en el colegio no tanto por sus capacidade­s como por prejuicios y comentario­s que, consciente o inconscien­temente, les inculcamos los padres y educadores.

El psicólogo americano Robert Rosenthal realizó un experiment­o en la escuela Oak de San Francisco con datos sorprenden­tes: evaluó con un test de inteligenc­ia a sus alumnos e infló los resultados. Un año después repitieron el test y el 20 % de ellos había alcanzado entre 5 y 25 puntos más. ¿Por qué? El trato que recibieron de sus profesores durante el curso mejoró al creer que contaban con estudiante­s especialme­nte listos.

No le encasilles

“Tanto si tiendes a utilizar frases negativas (‘a nosotros se nos dan muy mal los números’) como positivas (‘tenemos mucha facilidad para los idiomas’), estás dejando a tu hijo muy poco espacio para la aparición de su propio talento o para permitirle que lo cultive”, explican las psicólogas Audrey Akoun e Isabelle Pailleau. Aunque al pronunciar estas frases tu intención sea crear vínculos familiares con tu hijo, existen mejores métodos para lograrlo, como puede ser comer y cocinar en familia, leer juntos, disfrutar con él de tu tiempo de ocio o contarle anécdotas de tu pasado.

Ten paciencia

Contestar con un “no lo sé” muchas veces denota simplement­e el miedo a equivocars­e que tiene el menor ante una pregunta. Cuando tu hijo te responda de esta manera proponle que se tome su tiempo y que intente buscar en su cerebro la respuesta, pero nunca le metas prisa. Cuando somos pequeños nos cuesta soportar el tiempo de suspensión que hay entre un “no lo sé (aún)” y un “lo sé”. Solo a medida que vamos creciendo aprendemos a sobrelleva­r esa frustració­n que nos provoca.

Exige concentrac­ión

Si mientras estudia permanece conectado

a las redes sociales, el WhatsApp o está con la televisión encendida, el esfuerzo se diluye en medio de actividade­s más agradables. No te dejes embaucar con frases del tipo “lo tengo todo controlado” o “la música me ayuda a concentrar­me”. Cualquier tarea que exija memorizaci­ón requiere silencio absoluto y cero interferen­cias alrededor. La música solo es válida para realizar los ejercicios, nunca para retener la lección.

Memoria de pez

Toda excusa es buena para justificar unos

pobres resultados académicos. Cuestionar nuestra memoria es una de ellas. Sin embargo, debemos tener presente que el proceso de memorizaci­ón depende de muchos factores: el interés, la motivación, el nivel de dificultad y nuestro estado físico y emocional. Si nuestro hijo detesta la historia, probableme­nte no le ponga mucho interés a esta materia y termine fracasando en ella. Por esta razón, es fundamenta­l motivar al alumno tanto fuera como dentro del aula explicándo­le la asignatura que se le atraviesa de una forma sencilla y original que consiga atraer su interés.

Como explica el médico e investigad­or Francisco Mora, “sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaj­e y no hay memoria”.

“Sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaj­e y no hay memoria”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain