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Fernando Calderón.
Director del Dpto. de Química y Tecnología de Alimentos ETSIAAB (UPM).
respuesta: los estudios realizados hasta la fecha indican que la ingesta de esta sustancia no es perjudicial para la salud, siempre que se haga -como todos los alimentos y aditivos- en una dosis normal y en individuos sanos. Las agencias e instituciones que se encargan de la seguridad alimentaria en la UE (la EFSA), y en EE UU (la FDA), así lo afirman e insisten en negar el potencial cancerígeno de estas sustancias. La familia derivada del ácido glutámico y sus esteres se consideran aditivos alimentarios -identificados con las siglas E-620, E-621 y sucesivos- y por tanto están sujetos a estrictos controles y reglamentación alimentarios. El glutamato monosódico, aditivo E-621, se emplea como potenciador de sabor de los alimentos y, por tanto, hace que se tienda a consumir más cantidad de algunos de ellos no saludables -con altos contenidos en grasa saturadas, en azúcares refinados y ricos en sal- y de ahí su posible efecto secundario. También se ha hablado del “síntoma de la comida oriental”, identificado por malestar general, dolor de cabeza o sensación de pérdida de equilibrio tras ingerir este tipo de comida (que suele incorporar este aditivo), pero se ha constatado que no se ha detectado en personas sanas.