Antes bisturí, HOY LÁSER
Desde una piedra en el riñón hasta algunos tumores. Pasar por quirófano ya no es, muchas veces, tan traumático como antaño. Los cirujanos enfundan el escalpelo.
Esta tecnología puede extirpar tejidos, pero de un modo mucho menos traumático que antes.
La tecnología láser ha revolucionado la cirugía. Tanto que, en ocasiones, permite incluso no tener que entrar al quirófano porque dolencias que antes lo requerían, ahora se solucionan en consulta sin más complicaciones y en un periodo de tiempo pasmosamente corto. Por ejemplo las varices, que se eliminan con láser desde las más pequeñas hasta las grandes y dolorosas, en una sola sesión. “No es preciso pasar por el quirófano para deshacerse de estas venas que van cubriendo las piernas como “trepadoras” y no paran de crecer”, advierte el doctor Javier Moreno, director general del Instituto Médico Láser (iml.es).
en la zona más íntima
Otro ejemplo de problemas de salud que se solucionan utilizando láser en apenas unos minutos son patologías de la zona íntima femenina (ver recuadro arriba a la derecha), desde condilomas y endometriosis a miomas, pólipos, quistes, atrofias vaginales o pérdidas de orina. “Aplicado a la parte externa de la vulva (labios) y a la zona interna (vagina), el láser tiene sus beneficios gracias a su efecto térmico, que estimula la remodelación del colágeno y la formación de nuevo colágeno, lo que refuerza la pared anterior de la vagina que está en contacto con la vejiga, ayudando frente a las pérdidas de orina. También recupera la forma estructural óptima del canal vaginal y le da elasticidad, favoreciendo las relaciones sexuales y aumentando la fricción para mayor placer de la pareja. Incluso mejora el grosor de la mucosa, que produce más glucógeno, y el pH es ácido para que no crezcan floras indeseables”, detalla la doctora Adriana Ribé, directora de la Clínica Ribe (ribeclinic.com).
menos agresivo
Los anteriores son solo dos ejemplos de la larga lista de aplicaciones del láser en cirugía: patologías oculares (miopía, cataratas), dermatológicas (manchas, cicatrices), y otros casos más extremos como tumores (de cuello uterino o vagina, de garganta, de próstata, de pulmón, melanomas e incluso complicados casos de cáncer de cerebro). “La principal ventaja que tiene un láser frente a un bisturí convencional es que reduce al mínimo el daño tisular. Es más preciso y realiza incisiones reducidas. Corta pero no deja una quemadura. Esto se traduce en menor dolor postoperatorio. El tiempo de cicatrización y convalecencia es más corto, y la recuperación es más rápida”, indica el doctor Kubrat Sajonia Coburgo, proctólogo del Hospital Ruber Juan Bravo (ruber. es) y experto en patologías anales.■