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iNfO salud. Prevenir la miopía, ¿es posible?

La totalidad de la población española será miope a lo largo de este siglo. La explicació­n no está en la herencia genética, sino en las pocas horas expuestos a la luz solar.

- Por abiGaiL CaMpos díez

con una dioptría, la visión baja al 75 % y con 4, al 5 %. Las gafas y las lentillas no frenan la progresión de este defecto. solo lo corrigen.

Entre el 20 y el 30 % de españoles es miope. Las personas que padecen este problema visual no ven bien de lejos. Su ojo es más largo de lo habitual, lo que supone que las imágenes no se focalicen en la retina, sino en un punto anterior. Esto provoca que los objetos lejanos se vean borrosos o desenfocad­os. Este defecto visual suele debutar sobre los 10 años y va aumentando hasta los 20-23, cuando las dioptrías dejan de crecer.

Hay dos factores que favorecen la aparición de la miopía. Uno es el genético. Si los padres son miopes, el hijo tiene un 33 % de probabilid­ad de serlo también. El problema es que esta teoría se queda corta. La miopía ha tenido un crecimient­o exponencia­l en muy poco tiempo. Cada generación se hace miope en un 15 % más que la anterior. En el primer estudio sobre este defecto visual que se hizo en Londres en 1800, solo el 10 % de la población veía mal de lejos. Se calcula que en 2050 habrá un 60 % de población miope en los países desarrolla­dos. Y el porcentaje crecerá hasta el 100 % en este siglo, según las previsione­s de la Sociedad Española de Miopía( sociedad española mio pi a.com ). Es más. Hay países como Singapur en los que ya llevan gafas y lentillas de lejos el 90 % de la población. También nueve de cada diez universita­rios españoles las usan.

Otras causas

A falta de poder echar la culpa exclusiva a la herencia genética, lo cierto es que los factores ambientale­s también tienen una influencia definitiva. “Parece que el mayor tiempo que pasamos actualment­e en lugares cerrados y el uso que hacemos -la mayoría de las veces abusivo- de dispositiv­os móviles, ordenadore­s y televisión favorecen el aumento o incluso la aparición de esta patología. Entre los marineros que tenían que mirar al horizonte en busca de tierra no encontrába­mos miopes”, apunta el doctor Laureano Álvarez-Rementería Capelo, director médico de Clínica Rementería (clinicarem­enteria.es). Vivimos en lugares cerrados, lo que implica un espacio en el que los objetos están cerca. “No permitimos a nuestros ojos que se ejerciten en la larga distancia. Y ya sabemos lo que pasa con un músculo que no se ejercita”, añade el experto.

PONErsE aL sOL

Para Manuel Díaz, catedrátic­o de Oftalmolog­ía de la Universida­d de Valencia y presidente de la Sociedad Española de

Miopía, la clave está en la exposición a la luz del sol y no tanto en el uso de tecnología. “Los niños deberían estar 15 horas bajo la luz solar a la semana. Si en días laborales no se puede, se debe compensar el fin de semana. No es un problema de estar en lugares cerrados, sino de luminosida­d”, explica. “Y no influye el ordenador. Si lo usáramos con luz solar no habría problema”, insiste. En cualquier caso, la prevención sería útil en la infancia (en la edad adulta la miopía deja de aumentar). Pero la vida actual dificulta la vida al aire libre.

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