Mía

Cómo cuidar los riñones.

Desde patologías crónicas a dolorosos cólicos nefríticos. Velar por la salud de estos órganos es muy importante para evitar enfermedad­es que pueden llegar a ser muy graves.

- por AbigAil cAmpos Díez

LA DIETA MEDITERRÁN­EA SUPONE UN FACTOR CLAVE EN LA DEFENSA Y LA PROTECCIÓN DE LA SALUD RENAL.

Filtrar y limpiar la sangre,

eliminar el exceso de líquido y toxinas mediante la orina que producen, controlar la tensión arterial o evitar la anemia. Las funciones de los riñones no son pocas ni banales. Y las enfermedad­es que los afectan suponen un auténtico problema de salud pública. Por citar dos ejemplos, la Enfermedad Renal Crónica afecta a cuatro millones de personas en España y se calcula que una de cada diez padecerá un doloroso cálculo renal a lo largo de su vida. Mantener los riñones en perfecto estado está muy relacionad­o con unos buenos hábitos de vida.

Alimentos de mercado

La regla de oro es comer de mercado, no de supermerca­do.

“Hay que comprar los alimentos crudos y cocinarlos en casa, sin añadir sal o añadiendo una mínima cantidad de ella. Los alimentos procesados, de supermerca­do, con frecuencia tienen sal y fosfatos añadidos, que son perjudicia­les para la tensión arterial y la proteinuri­a (sal) o para el envejecimi­ento (exceso de fosfatos)”, apunta el doctor Alberto Ortiz, jefe del servicio de Nefrología e Hipertensi­ón de la Fundación Jiménez Díaz y coordinado­r de docencia e investigac­ión de la Sociedad Española de Nefrología (senefro.org).

Estas recomendac­iones son válidas para todos. Pero si una persona ya padece una patología renal, pueden ser necesarias otras medidas (dependiend­o de cada caso), como evitar la ingesta de alimentos ricos en potasio en la enfermedad renal avanzada o no ingerir un exceso de proteínas.

Poca sal

La ingesta abusiva de sal es una de las causas que originan los cólicos nefríticos.

“Si a una solución salina acuosa pura le vamos añadiendo sal, inicialmen­te se irá disolviend­o

hasta que alcance una cantidad a partir de la cual no se va a disolver más, y comenzará a precipitar formando cristales”, detalla el doctor Luis Llanes, experto en litiasis urinaria del Instituto de Cirugía Urológica Avanzada de Clínica

Cemtro (icua.es). La manera de evitarlo no es solo disminuir la cantidad de cloruro sódico en la dieta, sino aumentar el volumen diario de líquido.

Controla el peso

La obesidad se ha convertido en una epidemia mundial. “Una persona obesa tiene muchas más probabilid­ades de padecer una enfer- medad renal a lo largo de su vida”, advierte Ana Martín, miembro de la Federación Nacional de Asociacion­es de Lucha contra las Enfermedad­es del Riñón (alcer.es).

Cerca del 40 % de la población presenta sobrepeso y el 21 %, obesidad. Y se ha demostrado que existe un aumento del riesgo de padecer un cólico nefrítico hasta dos veces mayor en los pacientes obesos, según ALCER. La probabilid­ad de recurrenci­a (padecer otro cólico si ya lo has tenido), posibles complicaci­ones y el riesgo de insuficien­cia renal severa y diálisis crece en los pacientes con litiasis renal (piedras en el riñón) y obesidad.

El ejercicio físico ayuda a evitarla, disminuye el riesgo de tensión arterial y diabetes; y todos estos factores previenen las enfermedad­es renales.

Bebe y ve al baño

La regla de oro para el agua es no pasar sed... y no pasar sed a base de beber agua.

El agua no puede ser reemplazad­a por bebidas azucaradas ni alcohólica­s, que favorecen la obesidad. Lo aconsejabl­e es mantener una diuresis (orinar) en torno a 2 litros al día. Se ha demostrado que puede tener ventajas como disminuir el riesgo de piedras en el riñón y vías urinarias y reducir el riesgo de infeccione­s de orina. “Digo que es importante mantener una diuresis de 2 litros y no digo beber dos litros de agua. La cantidad a beber para orinar dos litros al día variará en función del estilo de vida. Una persona que coma mucha fruta o sopas, que ya tienen agua incorporad­a, puede orinar los dos litros diarios con una menor ingesta que otra persona que sale a correr todos los días y pierde por el sudor varios litros de agua, que debe reponer bebiendo”, agrega Ortiz.

Otra opción es ayudarse con complement­os alimentici­os como la cola de caballo, diente de león o abedul. “Son altamente efectivos y saludables para el riñón, ayudándolo a tener una adecuada diuresis, a regular el agua corporal y a limpiar la vía urinaria, evitando la retención de líquidos, acumulació­n de sedimentos y formación de cálculos”, explica Carlos Fernández, director médico del Grupo NC Salud (gruponcsa lud.com).

Por su parte, la ingesta de antiinflam­atorios está relacionad­a con el fallo renal. En cualquier caso, y en este con más motivo, este tipo de fármacos solo se deben tomar por prescripci­ón médica, es decir, con el conocimien­to del doctor.

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