¿Tu pareja se parece a tu ex? Descubre por qué.
Más allá de buscar a alguien con una personalidad que encaje con uno mismo, el inconsciente suele elegir un patrón físico similar. Y no es casualidad.
Cuando amas, cuando te sacrificas por alguien y le entregas tu tiempo, crees que lo haces de manera consciente debido a tu deseo de hacerlo. Sin embargo, todas estas acciones están provocadas por procesos emocionales, recuerdos, expectativas y aprendizajes que acaban moviéndote hacia la elección de la pareja”, así lo explica José María Carayol, psicólogo y sexólogo del Instituto de la Pareja de Murcia.
La culpa es de tus padres
Ya lo dice el refrán: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. La repetición de modelos es involuntaria y aunque, según el experto, “hay algunas personas que son conscientes de que siguen un patrón y tienen muy definido qué es lo que quieren y qué no, en general suelen ser procesos instintivos que trabajan en el silencio de las interacciones emocionales y cognitivas que van guiándonos hacia la persona que se cree adecuada”. Pero ¿por qué sucede? Según un estudio de la Universidad de Durham, en Inglaterra, durante la infancia se crea una especie de lista mental sobre cómo debe ser la pareja, y esta se hace en función de la idealización que se tiene de los progenitores. Por eso, no es de extrañar que todas ellas se parezcan entre sí ya que, a su vez, guardan similitud con el padre o la madre. “A veces, de forma inconsciente seleccionamos en el otro aquellos aspectos que son significativos, conocidos o llamativos para nosotros. Conectan de alguna manera con las necesidades emocionales y todo esto nos acerca, en muchas ocasiones, a personas del mismo perfil”, afirma el experto.
¿Puede afectar a tu relación?
Una de las preguntas más básicas que uno suele hacerse (o le hacen), es si este parecido se debe a que no se ha olvidado a la pareja anterior. Esto no es necesariamente así: “Aunque haya características que se repitan, no quiere decir que se siga enamorado de la otra persona. Simplemente son aspectos significativos que anhelamos y que conectan con nuestros deseos y necesidades internas”, añade Carayol. Si esto se convierte en una obsesión y uno se enquista en el pensamiento de ‘o es como yo pienso, o no será nunca lo que quiero’, puede llegar a afectar seriamente a la relación actual ya que supone una limitación a la hora de entregarse a la pareja. Esto puede conducir a una relación tóxica porque ambas partes se sientan insatisfechas, una por no tener lo que quiere, y otra por ser insuficiente.
Este proceso de elección similar aparece tanto en hombres como en mujeres.