cuando pensar mal te lleva a actuar peor
ejemplo 1
Ana fue seleccionada para una entrevista de trabajo. Al principio estaba muy ilusionada y comenzó a preparársela revisando los datos de la empresa y, dado que tiene mucho respeto y siente veneración por su padre, decidió comentar con él esta posibilidad laboral. Al enterarse, lo primero que hizo su progenitor fue advertirle que en realidad esas empresas tan grandes ven al empleado como un número más y que, por lo general, la adjudicación de algunos puestos estaba ya amañada. “Tú hazme caso, piensa mal y acertarás”. Ana comentó en su sesión de coaching lo insegura que estaba frente a una posibilidad que le atraía mucho, pero que creía que su padre podía tener razón y ya no conseguía entusiasmarse pues le tenía terror al rechazo. Finalmente, Ana decidió no acudir a la entrevista aduciendo “para qué voy a ir si seguro que pierdo el tiempo y el puesto ya está reservado para otro“. Nunca llegaría a saber qué hubiera pasado de haber asistido.
ejemplo 2
Pablo fue convocado por su expareja para reunirse y resolver ciertas cuestiones económicas pendientes entre ambos. Al enterarse de esto, su mejor amigo le comentó “ya verás como empieza a desempolvar viejos temas que no tienen nada que ver con el motivo de la cita y otra vez volveréis a discutir” “Hazme caso con ella, tú piensa mal y acertarás“. Pablo postergó por enésima vez la reunión y el asunto, como no podría ser de otra forma, sigue aplazado.