¿POR QUÉ SE DUERME PEOR CON LA MENOPAUSIA?
RESPUESTA: En esta etapa se produce una disminución de la producción de estrógenos y progesterona, las hormonas sexuales femeninas. Entre otras muchas funciones, estimulan el sueño. Este fuerte cambio hormonal influye directamente en el reloj biológico y los patrones de sueño y es el principal responsable de los efectos físicos y mentales que lo alteran. Otro factor que altera el sueño es el aumento de la sudoración o los sofocos, que hacen que se tenga un sueño interrumpido y superficial que no favorece el descanso. Además, menopausia e insomnio también van de la mano de la depresión y ansiedad, que afectan la calidad y estructura del sueño. Asimismo, el aumento de peso puede agravar o causar apnea del sueño, es decir, pausas respiratorias que impiden un sueño reparador y pueden afectar gravemente a la salud. Y otras patologías,
como cefaleas, dolores musculares o aumento de la frecuencia urinaria pueden interrumpir el sueño. Por último, la crisis de la mediana edad y los cambios sociales que viven (emancipación de los hijos, cambios en la situación laboral…) también generan estrés y afectan la calidad del sueño.
En algunos casos, la terapia hormonal sustitutiva puede ayudar a dormir mejor, pero también hay alternativas no farmacológicas. Por ejemplo, realizar una higiene del sueño durante 3-5 semanas para aprender a modificar aquellos pensamientos y comportamientos que favorecen y agravan este trastorno puede mejorar estos problemas, conciliar el sueño con mayor facilidad, disminuir las interrupciones durante la noche y los despertares tempranos.