DIETA
Helados, siestas largas, el chiringuito de la playa, barbacoas al aire libre... la época estival está llena de inconvenientes para aquellas personas que no quieren llegar al otoño con kilos de más. Pero, aunque parezca inevitable, es posible conseguirlo s
6 trucos para no engordar.
Llega el verano y con él, el cambio de rutina. Después del frío del invierno, a todos nos apetece disfrutar de actividades al aire libre y de relajarnos en las vacaciones. Esta modificación del ritmo vital puede ser muy beneficiosa para nuestro estado de ánimo, pero también presenta algunos inconvenientes a la hora de seguir una alimentación saludable.
DISFRUTA SIN ENGORDAR
¿A quién no le gusta disfrutar de un tentempié en el chiringuito de la playa? Llevar un estilo de vida sano no tiene por qué hacer que te pierdas actividades que te apetecen. Pero sí puedes controlarte para que la báscula no te dé sustos cuando llegue el otoño. Estos son algunos de los consejos prácticos que puedes seguir para conseguirlo. NO CAIGAS EN EL SEDENTARISMO: El tiempo que pases al aire libre supone una buena oportunidad para practicar ejercicio. No se trata de hacer largos en la piscina o salir a correr por la mañana. Aprovecha las excursiones a la playa para dar paseos por la orilla introduciendo los pies en el agua. Caminar con el agua hasta los tobillos favorece la circulación y la arena ayuda a exfoliar la piel. Con un paseo diario –también si te quedas en la ciudad o vas al campo–, te mantendrás en forma. Conviene evitar las horas de máximo calor, así que lo mejor es hacerlo en las primeras horas de la mañana o al atardecer.
MODERA EL CONSUMO DE ALCOHOL: Cañas en el chiringuito, sangría para comer o cócteles en una terraza por la noche. Las actividades veraniegas propician en consumo de alcohol. Más allá de los efectos nocivos que tiene para el organismo –daños en el hígado y el páncreas, cáncer de estómago o problemas cardíacos, entre otros– el alcohol aporta muchas calorías vacías, lo que contribuye al sobrepeso. Intenta sustituir estas bebidas por té helado, agua con gas y limón o zumo de tomate natural. Ten cuidado con las cervezas sin alcohol y los zumos embotellados, porque probablemente lleven azúcar.
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APROVECHA LOS ALIMENTOS DE TEMPORADA: Cerezas, melocotones, peras, sandía, melón, higos, mango, tomate o paraguayas. Estas son algunas de las frutas que se dan en julio, agosto y septiembre.
APROVECHA PARA INTRODUCIR LOS ALIMENTOS DE TEMPORADA EN TU DIETA.
SAL A PASEAR EN LAS HORAS DE MENOS CALOR Y CON LA PROTECCIÓN SOLAR ADECUADA.
Gracias a su sabor, suponen un excelente tentempié a media mañana o para la merienda. Con el calor apetecen alimentos refrescantes y una pieza de fruta es la opción ideal. El pepino, por ejemplo, es una verdura también propia del verano, excelente para añadir a las ensaladas, gazpachos y demás platos propios de los meses con temperaturas altas.
4 LLÉVATE LA COMIDA DE CASA:
Recupera la costumbre de llevar la fiambrera cuando vayas a pasar el día fuera. Así, cuando te entre el hambre, no optarás por la opción fácil del bocadillo o el plato combinado y mantendrás tu dieta habitual.
5 DESAYUNA CON GANAS:
E intenta no saltarte las comidas o trastocar demasiado los horarios. Empezar la mañana con pan integral, zumo natural, queso fresco o pavo te dará la energía suficiente para llegar al mediodía sin morirte de hambre. A media mañana, echa mano de una pieza de fruta.
6 DATE ALGÚN CAPRICHO:
Aunque tengas que moderarte para que tu peso no se dispare, permítete algún helado o una paella al lado del mar. Si no, acabarás tirando la toalla y dejándote llevar por la frustración. El verano también está para disfrutarlo.