Demi Moore.
UNA SECCIÓN PARA NOSOTRAS con lo que nos importa, nos ayuda y nos motiva.
La dura infancia de Demetria Gene Guynes estuvo marcada por una madre con problemas con las drogas y un padre ausente y exconvicto que nunca se hizo cargo de su hija. Su padrastro, alcohólico y maltratador, cambiaba continuamente de empleo y residencia y eso hizo que Demi pasara por 40 mudanzas, cruzando las fronteras de
30 estados y viviendo casi siempre en
campings y caravanas.
Para escapar de todo aquello, abandonó la escuela y se fue de casa con solo 16 años con el sueño de triunfar en el cine. Y esos sueños la llevaron hasta Río de Janeiro (Brasil). Lío en
Río, donde interpretaba a la hija de Michael Caine, fue su primera película importante, con 22 años de edad.
Demi lleva meses inmersa en la escritura de sus memorias. El libro se llamará ‘Inside Out’ y saldrá a la venta el 24 de septiembre.
UN TAQUILLAZO ARROLLADOR
Tras protagonizar varias películas dirigidas al público adolescente, le llegaría su tran oportunidad con
Ghost, en la que compartía protagonismo con el desaparecido Patrick Swayze. Aunque la propia Demi no estaba convencida de la historia, el film recaudó 500 millones de dólares (frente a los 22 de presupuesto) y se convirtió en la segunda película de amor más exitosa de la historia, tras Titanic.
Después, le seguirían títulos como Una proposición indecente, Acoso, La teniente O’Neil o La letra escarlata, con
desigual éxito y crítica.
INTENSO CURRÍCULUM AMOROSO
La actriz ha estado casada en tres ocasiones, la primera con el rockero Freddy Moore, del que adoptó su apellido artístico. Después contrajo matrimonio en Las Vegas con Bruce Willis, con quien tuvo tres hijas. La relación entre los dos actores es tan cordial que Willis asistió como invitado a la siguiente boda de su exmujer, que también fue con otro actor. En concreto, con Ashton Kutcher, 16 años menor que ella, con quien estuvo seis años casada.
PROBLEMAS CON LAS DROGAS
En la década de los ochenta, tuvo que ingresar en un centro para rehabilitarse de su adicción a las drogas y el alcohol. La historia se repitió en 2012, tras llegar a colapsarse después de meses de fiestas y trastornos alimentarios, que le provocaron una preocupante pérdida de peso. “Durante años estuve en espiral, en un camino de verdadera autodestrucción”, ha llegado a confesar.
Ahora se ha centrado en sí misma, ha vuelto a retomar su rutina de entrenamientos y tiene pendiente el estreno de una cinta donde hace de villana.