Icíar Bollaín.
UNA SECCIÓN PARA NOSOTRAS con lo que nos importa, nos ayuda y nos motiva.
No es de las directoras más prolíficas, pero cada una de sus películas ha calado hondo en el espectador. Icíar Bollaín siempre se ha alejado de las historias fáciles para contar aquellas que llegan directamente al alma, que hablan de realidades duras como los malos tratos (Te doy mis ojos), el drama de la inmigración (Flores de otro mundo), o el paro y la destrucción de nuestro ecosistema (El olivo).
Icíar creció en un ambiente artístico: su madre era profesora de música y su tío, Juan Sebastián Bollaín, director de cine. Mientras estudiaba bachillerato, Víctor Erice se fijó en ella y la escogió para protagonizar su película El sur. A partir de ahí, siguió participando en otros largometrajes, además de una serie de televisión y una ópera. Se matriculó en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, pero no llegó a completar los estudios, ya que quiso entregarse por completo al cine. Sin embargo, conservó su afición por la pintura impresionista y por pintar retratos.
HERRAMIENTA PODEROSA
Junto al que fuera su pareja durante varios años, Santiago García de Leániz, y Gonzalo Tapia, fundó Producciones La Iguana, donde dio sus primeros pasos en el terreno de la dirección con los cortos Baja, corazón y Los amigos del muerto. Después llegaría su primer largometraje, Hola, ¿estás
sola?, protagonizado por Candela Peña, un canto a la independencia y la amistad. Bollaín siempre ha entendido el séptimo arte como una herramienta muy poderosa de transformación social hacia un mundo más igualitario. En esa línea siempre han sido sus proyectos, como Te doy mis ojos, merecedora de siete premios Goya, entre ellos, mejor dirección. El acento femenino también está presente en cintas como Mataharis, sobre una agencia de detectives de mujeres o Katmandú, un
espejo en el cielo, basado en una historia real: la de una maestra catalana que descubrió que su labor era más útil en un país sin alfabetizar. Su último trabajo en la gran pantalla ha sido Yuli, película biográfica del bailarín Carlos Acosta, llamado Yuli.
UNA PASIÓN COMÚN
Desde hace varias décadas, mantiene una relación con Paul Laverty, guionista en las películas de Ken Loach, y a quien conoció en el rodaje de Tierra y libertad. Tienen tres hijos y, en la actualidad, residen en Edimburgo. Comparten una misma pasión por el cine y han trabajado juntos en numerosas ocasiones.
A sus 52 años, considera que está en el mejor momento de su vida, porque sabe lo que realmente quiere.