Aprende a hacer tus propios semilleros.
Si has pensado cultivar tu propio huerto, en el mes de julio puedes ir poniendo a punto las semillas de lechuga, tomate, calabacín, judías, calabaza... Al placer de comer algo que tu misma has cultivado, se unirá el de hacerlas germinar desde las semillas. Si te gusta, en primavera ¡podrás plantar flores! LAS SEMILLAS
Antes de plantar cualquier semilla, debes asegurarte de que sean de la variedad que quieres y deshacerte de aquellas que tengan un mal aspecto, porque podrían afectar al crecimientos de las otras.
LOS RECIPIENTES
Empieza plantando las semillas en un recipiente pequeño, pero a medida que vaya creciendo, debes trasplantarlas a uno más grande, para que crezcan en su esplendor. Plántalas con espacio suficiente para que no se entorpezcan conforme crezcan.
ANTES DE PLANTAR
Antes de empezar a plantar, debes dejar las semillas un par de días en remojo en agua caliente. Si lo prefieres, puedes meterlas entre los posos del café durante una semana.
LA LUZ
Debes tener cuidado con la luz a la que están expuestos tus semilleros, ya que no necesitan demasiada para germinar. Procura que no les dé el sol de manera directa o se marchitarán.
EL RIEGO
El primer paso, nada más plantar las semillas, es regarlas con abundante agua, para que la tierra se humedezca y queden bien prensadas. El resto de días, no debe caerles mucha cantidad de agua, ya que es posible que la tierra se mueva y, en consecuencia, que la semillas no agarren bien. Para evitarlo, te recomendamos usar un pulverizador.
LA TEMPERATURA
El frío y el calor extremo podrían poner en peligro tus semilleros. Lo ideal es que estén entre 18 y 20 grados.
TRASPLÁNTALAS
Cuando tengas listos los primeros brotes, unas 6 semanas después de haber plantado las semillas, trasplántalas a las macetas definitivas donde hayan de crecer.