SU ORIGEN
“Las canas aparecen porque los melanocitos (células que dan color a la piel y al pelo) acumulan productos de deshecho a lo largo de la vida. Con el paso del tiempo, esto daña a las células y terminan por agotarse y dejar de producir pigmento”, asegura David Saceda, dermatólogo especialista en tricología. Esta falta de pigmento es, precisamente, la cana y, aunque su principal causa es el envejecimiento, existen determinadas situaciones que pueden acelerar este proceso: fumar, alcohol, estrés, obesidad, etc. Llegado a este punto tienes dos opciones: ocultarlas o conservarlas y hacer lo que procede (cuidarlas como merecen). Para la segunda elección, tenemos unos sabios consejos.