Mía

Trabajar tras una baja.

- POR INMA COCA

Cuando, por motivos de salud, se ha estado fuera del trabajo un largo tiempo, volver no siempre resulta fácil. A la ilusión de saber que se puede retomar la rutina que tanto se ha echado en falta, se une el miedo y la ansiedad de saber si aún se está a la altura o de saber cómo será el recibimien­to. Miedos comunes para los que nuestra experta tiene solución.

Un embarazo de riesgo, un tratamient­o para superar un cáncer o una operación complicada. Cualquier baja larga deja secuelas más allá de las físicas. Algunas obvias, como puede ser el miedo a una recaída, pero otras no lo son tanto y, en muchas ocasiones, no se habla de ellas.

El regreso al trabajo, tras meses dedicados a superar un problema de salud, puede estar plagado de miedos e insegurida­des que provocan unos niveles altos de ansiedad. Nuestra especialis­ta, Verónica García, nos recuerda que “la ansiedad, en la mayoría de las ocasiones, nos lleva a tener ciertas creencias erróneas que nos hacen distorsion­ar la realidad, es decir, tenemos ciertos pensamient­os negativos que los psicólogos llamamos pensamient­os irracional­es”. En general, esa ansiedad nos paraliza y nos hace distorsion­ar la realidad, por lo que lo primero que debemos hacer es eliminar esa sensación. La psicóloga aconseja “aprender técnicas adaptadas a cada persona, tales como relajación, control del pensamient­o, conocer nuestras emociones y saber gestionarl­as, trabajar la autoestima y las falsas creencias que tiene la persona, aprender a ver las fortalezas que posee… y, para ello, la terapia es una gran opción para enseñar a la persona habilidade­s, herramient­as y estrategia­s que fomenten su bienestar y le enseñen a vivir de una manera diferente”.

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“NO VOY A ESTAR A LA ALTURA”

Tras meses alejado de tu puesto de trabajo, es normal sentir que todo cuesta más, que se trabaja más lento e, incluso, olvidarse de algunos detalles que antes se tenían totalmente interioriz­ados. A esto se le puede sumar que, al regreso, se descubra un cambio en la empresa, como puede ser un nuevo programa informátic­o, un protocolo de trabajo diferente o hasta unas instalacio­nes nuevas, pequeñas modificaci­ones que pueden parecer un obstáculo insalvable.

Consejo:

“Tener este tipo de pensamient­os refleja que nos sentimos inseguros y ansiosos por saber cómo será y qué pasará. Lo ideal es mantener estos pensamient­os bajo control y vivir en el presente, ya que el futuro no lo conocemos. Antes de volver al trabajo, podemos dedicar unos minutos cada día a refrescar aspectos del trabajo para ir haciéndono­s a la idea de que el momento está cada día más cerca. Realizar actividade­s que consigan subir la autoestima también ayudarán”.

“LA ANSIEDAD, EN LA MAYORÍA DE LAS OCASIONES, NOS LLEVA A TENER CIERTAS CREENCIAS ERRÓNEAS QUE NOS HACEN DISTORSION­AR LA REALIDAD”.

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“ME SIENTO DESPLAZADA”

Aunque para ti el tiempo se ha paralizado y en esos meses de baja apenas se hayan producido cambios en tu vida, la del resto ha seguido su curso. En tu ausencia, puede que haya entrado gente nueva y que otros no estén, de la misma forma que te has perdido más de un cotilleo. Retomar esa vida social en el trabajo puede ser un trabajo en sí, ya que debes poner de tu parte para volver a formar parte del círculo de amistades que tenías.

Consejo:

“Si has estado muy desconecta­da todo este tiempo, intenta retomar la relación unas semanas antes de tu regreso. Desde una llamada a una visita para saludar a tus compañeros y comentar que ya estás casi a punto para el regreso, adelantar el reencuentr­o puede ayudar a que el primer día no te sientas tan insegura y sola”.

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“NO COJO EL RITMO”

Tras semanas entre algodones, contando con ayuda o simplement­e preocupada tan solo por tu salud, volver a la vorágine de los madrugones, las carreras, las comidas a deshora y las tareas del hogar que se acumulan se te puede hacer muy cuesta arriba. Además, puede que aún no hayas recuperado todas tus fuerzas y que solo con cumplir tu horario laboral ya se agote tu energía.

Consejo: “Tómate tu tiempo. Estás ante una gran oportunida­d para introducir en esta nueva rutina tiempo para ti. Meditar y aprender técnicas de relajación siempre es una ayuda. Trabaja para bajar esas exigencias que, a veces, nos ponemos a nosotros mismos y no nos dirigen por el camino más adecuado. Conocerte a ti misma puede ayudarte para aprender a respetarte y darte el tiempo y el espacio que necesitas”.

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“Y SI ME VUELVE A PASAR”

Este es, sin duda, el pensamient­o más común, a la vez que el que más fácil es de comprender para los que están alrededor. Tras una experienci­a dura y complicada, mantener a raya estos pensamient­os negativos es difícil, pero, al mismo tiempo, muy necesario para volver a retomar las riendas de tu vida.

Consejo: “En psicología, conocemos a este pensamient­o como una ‘visión catastrófi­ca’. Nos lleva a tenerle miedo a una situación que no ha llegado y que no sabemos si llegará, por lo tanto, lo mejor que podemos hacer en estos momentos es centrarnos en el momento presente, en aquí y ahora, y saber que esto no es más que un pensamient­o, tiene una probabilid­ad de hacerse real, pero eso no lo convierte en realidad. Ahora mismo estoy sano, he pasado una enfermedad de la que me he recuperado y mi futuro no lo puedo conocer. Vivir aquí y ahora, que es lo que hacemos con

mindfulnes­s y otras técnicas de meditación”.

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VERÓNICA GARCÍA TRUJILLO.Psicóloga especialis­ta en duelo y problemas infanto-juveniles, Granada. Colegiada n°: AO-08860 www.serdeagua.com www.psicologia­conpaula.com

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