EL PODER DE LOS COLORES
Dentro de la medicina alternativa, la cromoterapia –o terapia del color– sostiene que la luz de un determinado color puede ser efectiva en el tratamiento de algunas enfermedades. En este caso, el tratamiento consiste en exponer al paciente a una luz de un tono concreto durante, al menos, 30 minutos. Por lo general, se utilizan habitaciones de paredes blancas en las que se proyectan las luces indicadas según su dolencia.
Otro método muy utilizado es ingerir alimentos de un tono específico o beber el agua en botellas tintadas. A la hora de comer, no solo interfiere el sentido de la vista, también el gusto, por lo que es posible intensificar el efecto de los colores en el tratamiento si se vincula un color a un sabor.
La cromoterapia utiliza tan solo ocho colores: rojo, naranja, amarillo, verde, turquesa, azul, violeta y magenta (rosa fuerte). Todos ellos, presentes en la naturaleza y también en los alimentos que consumimos a diario.
COLORES QUE HABLAN
Al igual que la aromaterapia, la cromoterapia no cuenta con un respaldo científico a la hora de evaluar su poder curativo. Aun así, la piscología del color lleva cientos de años estudiando su efecto en nuestras sensaciones y comportamientos, estudios que el marketing y la publicidad han poner al servicio de sus necesidades y objetivos.
Puede que los colores por sí solos no curen un determinado dolor, pero sí son capaces de transmitir
EXPERTOS EN NUTRICIÓN como Liliana Cabo, de la Asociación de DietistasNutricionistas del Principado de Asturias, explica que, al incorporar diversos colores en nuestros platos, nos aseguraremos de obtener los beneficios de todo el círculo cromático.
paz, frío o hambre. Y esto no solo depende del tono, también del brillo o la intensidad. De lo que nadie duda es del poder comunicativo de los colores.
Por eso, las marcas cuidan mucho los colores que eligen, de la misma forma que nosotros también utilizamos esos colores para decorar nuestra casa o elegir la ropa que nos ponemos cada día.