ENTREVISTA
“Tengo un punto de ambición y quiero más. Sacar mi música cuanto antes y ver hasta dónde puedo llegar”
Nia.
¿QUIÉN ES?
Nia Correia es una artista canaria de 26 años y ha ganado Operación
Triunfo 2020. Aunque ya había trabajado como cantante profesional en un musical y un importante espectáculo, era una desconocida para el gran público. El pasado 10 de junio cambió su vida para siempre cuando, según los pronósticos, la favorita de la edición superó, con un 45 % de los votos, a sus rivales, Flavio y Eva.
¿POR QUÉ AHORA?
Nia está preparando su inminente debut discográfico, con el que promete mantenerse fiel al tipo de música que la define. La canción que ella misma compuso dentro de la academia de
OT, 8 maravillas, es el ejemplo perfecto del camino que quiere seguir: ritmo latino con sonidos modernos.
Las risas y carcajadas de Nia son contagiosas. La joven artista de Las Palmas de Gran Canaria vive el momento más feliz de su vida tras ganar la última edición de Operación Triunfo. Consiguió el cariño del público con sus actuaciones (a menudo, calificadas de perfectas por el jurado) y su actitud trabajadora. Las más de tres millones de visualizaciones de su Run the world, de Beyoncé, en YouTube confirman que su futuro está más allá de España. Canta, baila, compone, interpreta... Nia llega para arrasar con su ritmo latino.
¿Siempre supiste que querías dedicarte al mundo de la música y el espectáculo?
Siempre me ha gustado cantar y no recuerdo una época de mi vida en la que no lo hiciera. Empecé con un karaoke que me regalaron y a mi abuela la tenía loca siempre cantando, inventando juegos con música… Cuando cumplí los 17 o 18 años no lo tenía muy claro, aunque ya había hecho de todo en Canarias: había ido a festivales, había trabajado de animadora deportiva, pero me daba miedo irme fuera… Me costó un poco decidir qué hacer y acabé estudiando Actividades Físicas. Pero, al final, la cabra tira al monte y me fui a Madrid para intentarlo.
Y allí entraste a formar parte de ‘El Rey León’. ¿Cómo recuerdas la experiencia?
Fue mi primer trabajo profesional y aprendí mucho sobre la disciplina, a convivir con gente de muchos países, diferentes culturas, mentalidades… Sobre todo, fue un aprendizaje general. Entré a un musical de un nivel muy alto, donde las cosas se tienen que hacer muy bien.
Tres años después cambiaste por completo y acabaste siendo la estrella de ‘Lío en Ibiza’.
En El Rey León, yo interpretaba un papel, no era yo en el escenario. Pero en Lío en Ibiza, sí era mi esencia y sacaban lo mejor de mí. Era totalmente diferente, un espectáculo de variedades. En mis trabajos, siempre he puesto todas las ganas al máximo.
¿Qué te ha enseñado tu paso por la academia de ‘Operación Triunfo’?
Llegas al plató, la gente detrás de las cámaras ¡y la que sabes que te está viendo en casa! El alto rendimiento de la academia. Recibes muchísima información, convives 24 horas con los compañeros... Yo no estaba acostumbrada a nada de eso. He aprendido mucha técnica vocal, también me ha enseñado mucha paciencia conmigo misma –en lo que sigo trabajando– y a ser menos autoexigente.
¿Cómo era tu vida antes de ‘OT’?
En Lío tenía mi puesto, lo disfrutaba y era feliz. Cuando me presenté al casting de OT lo hice tranquila, porque tenía un trabajo y calidad de vida. La verdad es que no pensé que me fueran a elegir. Ahora siento y veo que, cada vez, se me abren más puertas. Por supuesto que tengo un punto de ambición y quiero más. Sacar mi música cuanto antes y ver hasta dónde puedo llegar.
¿Alguna vez caíste en el pesimismo de pensar que no ibas a conseguir triunfar y vivir de la música tal como querías?
Sí. La verdad es que sí tuve miedo, sobre todo, en la etapa de El Rey León. Entré con solo 19 años y era una oportunidad inmensa, pero todos los días hacía lo mismo. Si tienes curiosidad por hacer cosas diferentes, en esa situación no sabes cómo o qué hacer para conseguir otra oportunidad. Pensaba “aquí me quedo”, pero eso era el miedo, supongo. Entonces, tomé la decisión de dejar el musical tres años después y apareció Lío. Las cosas pasan cuando tienen que pasar. Creo en el destino y en el universo y, si uno le pone ilusión a algo, las cosas pasan. Aunque, eso sí, sin obsesionarse.
En las sesiones de fotos me siento muy cómoda, soy muy presumida y disfruto mucho con la moda y las tendencias.
¿Qué es lo que crees que hace que alguien como tú, o como Amaia en su edición, consiga el aplauso unánime del público de ‘OT’?
No sabría responder a esto. No sé lo que la gente ha visto en mí. Sí siento que he sido más yo que nunca. Me lo he pasado en grande, he aprovechado cada canción como una nueva oportunidad y ya está. Ese es el resumen. Me he reído mucho... ¡aunque eso es fácil, porque lo hago con todo!
Tu vida, como la de todos, se paralizó por el COVID-19. Pero tú estabas en un ‘talent show’ musical... ¿Qué has aprendido con esta ‘nueva normalidad’ en el plano personal?
A que hay que aprovechar lo bueno que viene al máximo y aprender de lo malo. También a tener cerca a la familia. Yo soy muy despegada y, al pasar esto, me he dado cuenta de la necesidad de ese roce con los abuelos, con tu gente, con los amigos. No dar tanta importancia a ciertas cosas malas. De repente, a vivir el día a día, porque no sabemos qué va a pasar. Aunque suene a topicazo, ahora tiene toda la razón del mundo.
Estás preparando tu primer disco. ¿Has tenido miedo a perder el control sobre tu estilo o las ideas que tienes para él?
Miedo no, pero incertidumbre sí. Tú tienes una idea en la cabeza y ellos ven otro tipo de cosas. Lo bueno es que desde la primera reunión vi que eso no era así. Lo que yo tenía en mente está tomando vida y en la mayoría de las canciones he estado presente en la composición con gente talentosa. ¡Os adelanto que el videoclip es para morirse! La discográfica está conmigo a tope y soy feliz.
Compusiste ‘8 maravillas’ dentro de la Academia. ¿Cómo fue la experiencia?
Era la primera vez que componía algo. Solo me sale componer cuando soy feliz. Salí contenta de un ensayo y la melodía del estribillo apareció sola. Empecé a escribir letras y le pedí ayuda a mi compañero Bruno. Sabía de qué quería hablar: de mi tierra, mi gente, cómo somos…Todo lo que he compuesto hasta ahora es alegre, no me siento identificada tanto con lo triste. El desamor se puede contar de otras formas, con un punto de vista positivo y voy más por ahí, porque es con lo que me identifico en el escenario.
¿Y de tu primer ‘single’ qué nos puedes adelantar?
Siento que es un bombazo, es muy yo. En esta canción, vemos mi esencia latina y moderna, y es muy fresquita. Espero que salga cuanto antes, para dar un poquito de alegría al panorama. ¿Cómo te sientes en otras facetas, como la de modelo en sesiones fotográficas o ejerciendo como ‘influencer’ en Instagram?
A Instagram le estoy cogiendo bastante el gustillo. Quizá la cosa es que hay que tener un poco de cuidado con lo que dices, por la susceptibilidad que tiene el mundo y las interpretaciones, pero no le doy muchas vueltas, soy como soy y al que le guste, bien, y a quien no le guste, que deje de seguirme. En las sesiones de fotos me siento muy cómoda, soy muy presumida y disfruto con la moda y las tendencias.
¿Qué tiene el escenario que tanto te atrapa?
Todos mis compañeros me dicen que en el escenario me transformo. Es por esa cosa que me entra por los pies y el estómago, el carácter que me sale… A mí, la música latina me vuelve loca. No tengo palabras para explicarlo bien, porque es un sentimiento, a los flamencos les pasa igual. Es algo que quieres sacar y mostrar, y eso ha hecho que diga “esto es lo mío”.
Siento que mi primer ‘single’ es un bombazo, con mi esencia latina y moderna.