COME DE PÍCNIC y no engordes
En verano se ganan kilos. Por estadística, es una afirmación que resulta cierta. Este aumento de peso viene dado, en gran parte, por las actividades de ocio propias de la época estival. Pero las buenas noticias son que se puede controlar con medidas muy sencillas, sin dejar de disfrutar del estío.
Las cañitas en el chiringuito, las cenas que se alargan para disfrutar del fresco o los helados en la playa. El verano es, después de la Navidad, una de las temporadas más peligrosas para la báscula. Las vacaciones invitan a dejarse llevar por el placer del dolce far niente y a relajarse a todos los aspectos, incluido el de la alimentación.
Irse de pícnic es una actividad habitual durante los meses estivales. El calor aprieta y comer a la sombra de los árboles con la brisa amainando el calor es una alegría. Pero los menús suelen estar un poco alejados de lo saludable. Como explica el dietista nutricionista Ángel Soriano, perteneciente a la red de Doctoralia, “Es típico no escatimar a la hora de llevarse alimentos para hacer un pícnic en la playa o en el campo, por lo que resulta fácil pasarse en la cantidad”.
Además, como también señala Soriano, contundentemente, “una práctica común es llegar a la playa o al campo, sentarse al lado de la nevera y pegarse todo el día sacando cosas de ella y comiendo mientras se conversa alegremente, sin levantarse de la silla para nada”.
CUIDAR DE LA ALIMENTACIÓN EN VERANO NO ESTÁ REÑIDO CON DIVERTIRSE.