¿CÓMO PROTEGER LA PIEL ESTE VERANO?
RESPUESTA: Este verano, al no contar con el período de adaptación a la radiación ultravioleta (UCB) a causa del confinamiento, es necesario tener un mayor cuidado de la piel. En este contexto, debemos protegernos de los rayos solares, que queman la piel, e incluso, provocan golpes de calor. Lo ideal es usar fotoprotector, gafas y gorra, además de cubrirnos con ropa, siempre que sea posible, y mantenernos en la sombra cuando vamos a la playa o la piscina. El proceso de protección solar más recomendado consiste en la aplicación del producto media hora antes de la exposición y repetir el procedimiento cada tres horas. Además, es importante reponer la dosis al salir del agua, especialmente cuando existe roce con la arena y la toalla.
En cuanto a los niños, debemos procurar que estén bien protegidos a cada instante. Aunque entren y salgan del agua, debemos vigilar su piel. Para ser estrictos, hasta cumplir el año, se debería proteger al bebé con ropa, sombrero y gafas. En el caso de exposición solar en bebés y niños, se recomiendan protectores solares exclusivamente minerales, sin filtros químicos.
El mejor formato es el que sea más cómodo de aplicar para el usuario, sin importar el hecho de que sea bálsamo, espray o crema. Por ello, a la hora de comprar un producto de protección solar, hay que darle prioridad a aquellos que sean de fácil aplicación, para poder renovar la protección con más frecuencia. No es lo mismo un factor de protección solar (FPS) 15 que uno de 30, pero entre un FPS 30 y un FPS 50 no hay una gran diferencia, si ambos se aplican cada tres horas. El FPS ideal para cada persona debe indicarlo un especialista, y se calcula por el eritema (rojez) que producen los rayos ultravioletas (UVB) a los 15 minutos en una piel sin protección. Además, debe recordarse que la mayoría de los productos caducan al año de apertura del bote, y no deben utilizarse una vez pasada esta fecha. Para saber cuándo caduca un producto, hay que fijarse en el logotipo de una tarrina abierta en el envase, con la inscripción 12M (1 año) o 9M (9 meses) de caducidad. Junto a todas estas recomendaciones, es muy importante utilizar un producto calmante hidratante después de la exposición al sol intensa y prolongada, que ayuda a recuperar mejor y antes la piel, a la vez que favorece el bronceado.