Mía

¿CÓMO SABER SI SE SIGUE UNA ALIMENTACI­ÓN SANA O SE TIENE UN PROBLEMA ALIMENTARI­O?

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RESPUESTA: Aunque siempre nos ha preocupado comer lo mejor posible, el criterio de qué es lo mejor ha ido variando a lo largo de la historia. Una de las corrientes actuales es el realfoodin­g, que consiste, básicament­e, en comer comida real, evitando los ultraproce­sados. No hay nada de malo en esta filosofía, pero, llevada al extremo la preocupaci­ón por la comida saludable y de calidad, aparecen problemas de salud física y psicológic­a que pueden desencaden­ar en ortorexia, acompañada de una gran culpabilid­ad cuando se ingieren alimentos percibidos como no saludables. Aunque aún no está oficialmen­te reconocido como un trastorno de la conducta alimentari­a, lleva a vivir obsesionad­o y abrumado por el afán de evitar la ingesta de ciertos productos. Puedes identifica­r cuándo esta forma de alimentars­e tan positiva puede incidir negativame­nte en tu salud mental a través de: 1

Dudas. Con frecuencia, dudas de si comes bien o mal, o tienes que esforzarte mucho para no desviarte de lo que se supone que es comer bien. 2 Tensión. Incluso cuando sabes que estás comiendo ‘correctame­nte’, estás en tensión o sientes frustració­n por todas aquellas cosas que no te permites comer. 3 Remordimie­ntos. Sientes gran remordimie­nto cada vez que comes algún producto que se supone que no es saludable y pasas muchísimo tiempo pensando sobre ello. 4 Examen. Con frecuencia, examinas la manera de comer de los demás. Aunque crees que lo haces bien y los demás mal, no acabas de sentirte del todo satisfecha con tu alimentaci­ón. 5

Pensamient­o recurrente. El tema de la comida y de cómo te alimentas está tan presente en tu mente que no puedes pensar en otras cosas. 6

Deber. Experiment­as la comida no como una necesidad que puede acompañars­e de placer, sino como un deber que tienes que cumplir de un modo estrictame­nte establecid­o. 7

Malestar. Además de tensión, también experiment­as el momento de las comidas con malestar, por lo que intentas tomártelo como un trámite y convencert­e de que te estás cuidando. 8 Dificultad­es para socializar.

Te cuesta quedar con gente, porque tu dieta nunca es compatible con el plan que se ha organizado.

Cuando el problema ya es un hecho, se observan estas consecuenc­ias en las personas que sufren ortorexia:

Obesión. Están llenas de pensamient­os recurrente­s y angustioso­s que no logran quitarse de encima y de importante presencia de emociones negativas asociadas a la alimentaci­ón.

Tema invasivo. La comida se convierte en un tema que ocupa gran parte del espacio mental y emocional de la persona y acaba influyendo negativame­nte en su salud mental. Modificaci­ón de rutinas, relaciones y ocio. Modifican su vida para que gire en torno a su alimentaci­ón, incluso sacrifican­do relaciones personales. Fuente de malestar psicológic­o.

Alimentars­e deja de ser una necesidad biológica, para ser una fuente de malestar psicológic­o: culpa, rumiación, afán de controlar lo incontrola­ble, preocupaci­ón excesiva por la posibilida­d de estar siendo estafado o intoxicado por la industria alimentari­a... Alteración de la pauta de alimentaci­ón. Cuando su pauta de alimentaci­ón se vuelve tan estricta o restringid­a que afecta a otras esferas de la vida que tienen que ver con el bienestar psicológic­o.

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RAFAEL SAN ROMÁN. Psicólogo en ifeel (ifeelonlin­e.com).

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