Alternativas al café.
El café mañanero parece casi un impositivo para los adultos en España, pero a muchas personas les gustaría empezar el día con otra bebida, sea por su sabor o por sus efectos. Afortunadamente, existen no una, sino diversas soluciones para sustituir el café
Su consumo está tan normalizado que solo hay que mirar las ofertas de menú de desayuno, comida y cena de los restaurantes del país. Café con zumo de naranja y tostada, para empezar el día. Primer plato, segundo plato, café y postre, para comer. Café con bizcocho o bollería, para merendar. Es solo un ejemplo de los hábitos de consumo, pero que también se reproducen en casa: aunque las opciones sean más saludables o los platos menos copiosos, es bastante probable que el café siga entre los componentes. Porque esta bebida está considerada como gasolina para la máquina que es el cuerpo. Es cierto que aporta elementos nutricionales positivos para el organismo, como los polifenoles, que tienen una capacidad antioxidante reconocida.
Asimismo, se le atribuye un papel deneuroprotectorytambiéncomo ayudante en la reducción del riesgo de patologías como la diabetes de tipo 2, según nos cuenta la dietista nutricionista Estefanía Dans (www. nutridans.com).
En principio, no hay peligro en tomar café de forma moderada, excepto en casos puntuales, como mujeres embarazadas o en período de lactancia (no más de 200 mg al día), personas con problemas de ansiedad o para conciliar el sueño o que tengan patologías digestivas, explica Dans. Tampoco hay que olvidar que el café no gusta a todo el mundo y hay quien necesita tres cucharadas de azúcar o edulcorante para tolerarlo, algo especialmente ni sano ni lógico. ¿Por qué tomar algo que no te place a diario solo por hábito? Hay alternativas que suplen los efectos de la cafeína y que pueden ser más compatibles con la salud o el paladar.