¿QUÉ HAGO PARA NO QUEMARME?
Soy muy blanca de piel y, aunque evito el sol al máximo (siempre voy por la sombra o me mantengo a cubierto), me acabo quemando. ¿Qué puedo hacer? Sonia Márquez, Puertollano.
RESPUESTA: El sol es muy importante para el buen funcionamiento del organismo, pues favorece la producción de vitamina D, esencial para la prevención de la osteoporosis, para que el sistema inmunitario pueda combatir a las bacterias y virus que lo atacan o para mantener sanos los músculos. Pero sus rayos encierran graves peligros que hay que evitar a toda costa. Las claves para una protección segura no caducan y, necesariamente, pasan por evitar al máximo la exposición solar, sobre todo en las horas de radiación más intensa (de 12 a 16 horas), utilizar en todo momento protector solar adecuado al tipo de piel que se tiene (y usarlo siempre, incluidos los días algo nublados o con poco sol, pues los rayos UV alcanzan todo el año), reaplicar con generosidad cada dos horas (y justo después de cada baño), y utilizar medidas de protección naturales, como sombrillas, gorras o sombreros de ala ancha, gafas de sol e, incluso, una camiseta para bañarnos. Recuerda también que un protector solar abierto del año anterior ha perdido su efectividad, y su uso no te protegerá como esperas, por lo que debes desecharlo. Aplicar el protector en casa una media hora antes de salir a la calle es el primer paso para una buena protección. En tu caso, Sonia, que tienes una piel muy clara, también es muy recomendable que, aparte de seguir todas las pautas sobre protección solar, te expongas al sol progresivamente. Así, no esperes a las vacaciones, y ve tomando el sol cada día unos minutos, te ayudará a que tu piel llegue algo más preparada a esos días en los que, probablemente, estarás más tiempo al aire libre.