Ángel Sánchez, presidente del Consejo Regulador de la D.O.Sierra de Segura
España marca tendencia. Cuando en España hay aceite es como si hubiera sobreproducción, cuando está situación no es real. Con las cifras podemos ver que este año ha habido menos aceite que el año anterior. Está situación de mayor producción genera la ba
jada de precios. Nadie está dispuesto a pagar unos precios, que desde mi punto de vista son los lógicos, pero que el resto del mercado no considera adecuados.
Nuevas producciones. A esta situación se une las nuevas producciones, explotaciones de intensivo y superintensivo donde con los precios actuales a 2,10 euros, ahora mismo es muy rentable. Frente a esto, en el olivar tradicional dicho precio es irrisorio al que se le une, la situación orográfica del olivar de la sierra donde nos encontramos, con pendientes del un 25% muy difícil de mecanizar, y que supondrian unas inversiones inviables para el productor. Por tanto, no están dispuestos a vender por el precio que es rentable para las producciones intensivas, y que desfavorece tanto al olivar tradicional. Desunión del sector. Otro de los factores que están influyendo en la situación de crisis que estamos viviendo. Puede haber 27 reuniones pero por un lado hacemos una cosa, y por otra parte del sector negocia a precios que no son los adecuados para nuestro aceite.
¿Qué podría hacerse? Nos encontramos con una difícil situación. El sector no hace los esfuerzos suficientes para unirse. La administración no puede obligar a nadie a hacerlo, son los propios productores los que tienen que estar de acuerdo para saber qué es lo mejor, y evidentemente no es lo mismo que haya 500 vendedores, a que haya 5. Además, la desventaja existente entre compradores y vendedores es importante. El Tribunal de la Competencia no actúa sobre los compradores que si se ponen de acuerdo rápidamente, y ellos fijan precios, no se entera nadie pero los fijan. Sin embargo, en cuanto dos vendedores se ponen de acuerdo, el TC inmediatamente les persigue, y los sanciona. Desde la propia DO ¿qué acciones están rea
lizando? La DO sólo puede promocionar y certificar aceite, para darle al consumidor una garantía de que todo lo que vaya con una contraetiqueta de una DO tiene una trazabilidad y un control, que no se admiten mezclas, ni fraude, etc..
Desde la DO solamente podemos trabajar fomentando la calidad. Nosotros no podemos marcar precios, ni podemos fijar los mercado, no podemos hacer nada, es más no podemos ni obligar a nuestros productores que se unan, pues no es nuestra función.
Pero tenemos una opinión, hablamos de un riesgo que el sector, nuestro territorio se está despoblan
do. En la Sierra de Segura son 13 pueblos con alrededor de 25.000 habitantes. Entre estos pueblos hay 25 almazaras que tienen una producción de un año bueno de 33 millones de kilos de aceite. ¡¡Una gota de aceite en un mundo!!. Además disponemos de 48.000 hectáreas de olivar, de las cuales 16.000 hectáreas se encuentran dentro de un parque natural. Es el espacio protegido más grande de España, con unas pendientes medias del 25%; es un olivar de subsistencia. Dicho olivar, siempre se ha mantenido gracias a la propia mano de obra de la gente de los pueblos, que son las que hacen la labor del campo; si tuvieran que contratar a personal de fuera, sería inviable su mantenimiento y explotación. Con esta situación tendremos que hablar del olivar heroico, llegará un momento que habrá olivares que se verán abandonados, porque resultará imposible su mantenimiento debido a la presión que ejerce la presencia del olivar intensivo y superintensivo, y con los precios de mercado que existen. La perspectiva de cambio solo puede llegar a
través de la implicación de la administración. Se habla de la nueva PAC, del pago a un olivar de baja producción y de montaña. Esperemos que sea una realidad, pues en caso contrario, no habrá manera de fijar la población al territorio y significará el abandono progresivo del olivar y de los pueblos.
Hablamos de despoblamiento. Llevamos tiempo con ello, pero ahora mismo hay municipios en la sierra de Segura que han perdido en la última década más de un 20% de su población. El abandono del olivar se está viendo cada vez más en nuestra sierra. Para evitar el vacío rural, es necesario luchar contra el abandono tanto de los pueblos como del olivar.