XAVIER PORRAS
GUÍA ENRIC MARÍN
“YO HE TENIDO QUE PASAR LUTO POR MI DISCAPACIDAD, PERO ESO ES LO QUE ME HA HECHO SUPERARME”
XAVI PORRAS SOBRE TODO DESTACA EN EL SALTO DE LONGITUD. Su deficiencia visual no le impidió llevar una infancia normal, orientada al deporte. Su visión fue deteriorándose y, a los 16 años, tras afiliarse a la ONCE, tomó una seria decisión: se dedicaría en cuerpo y alma a entrenar, con el apoyo de familiares y amigos. Compite en la clase T11. “Yo he tenido que pasar luto por mi discapacidad, pero eso mismo es lo que me ha hecho superarme. Cuando te ocurre algo así solo puedes seguir hacia delante. La otra opción es quedarte ahí estancado, sumido en la depresión”. En 1999 acabó cuarto en 100 metros en Lisboa. Le siguieron otros siete campeonatos continentales más (dos oros, cuatro platas y cinco bronces), ocho mundiales (un oro, una plata y tres bronces) y cuatro juegos paralímpicos (Atenas 2004, Pekín 2008 –bronce–, Londres 2012 y Río 2016), que habrían sido cinco si Tokio se hubiera celebrado el año pasado. Esa iba a ser su retirada, el broche de oro a su brillante carrera deportiva. “Quería ir para competir, para darlo todo, claro, pero también para que mi crío de cuatro años, Marc, viviera en Tokio lo que vivió en Brasil su hermana, que ya tiene nueve. Pero eso no va a poder ser, porque, aunque se celebren los juegos, no se admitirá público”.
Ha tenido que posponer su retirada, por lo menos hasta Tokio. Xavi sigue con el mismo entrenador con el que empezó, Miguel Ángel Torralba, y con el mismo guía, Enric Marín, desde hace más de una década. Trabaja por la mañana en Cai xaBank y por la tarde entrena. Compaginar profesión y competición con la vida familiar es toda una hazaña. Otra más en su haber.