AVISOS QUE TE DA EL CUERPO
Estos estudios se centran en las consecuencias de entrenar en ayunas y de hacerlo con unos niveles de carbohidratos deficientes, pero también debemos tener en cuenta otros riesgos potenciales que pueden incidir en nuestra salud. Un estudio realizado por Mike Gleeson, profesor de bioquímica de la Universidad de Loughborough, ha demostrado que “entrenar en ayunas puede debilitar el sistema inmune. De acuerdo con este estudio, el problema se agudiza si no ingerimos ningún alimento y llevamos a cabo una sesión de entrenamiento (de más de 90 min) de intensidad moderada-alta (al 55-75% del máximo de nuestra resistencia aeróbica)”.
Otras investigaciones llevadas a cabo en el último año y medio se han centrado en la salud de los huesos y que confirman la estrecha relación existente entre la
falta de energía y el deterioro de los huesos. Además, se demostró que, independientemente de la energía, contar con la suficiente cantidad de hidratos de carbono antes, durante y después del ejercicio tiene consecuencias muy positivas en la respuesta de los huesos tras una sesión dura. Aunque se necesitan más estudios en este sentido, numerosos ensayos con animales apoyan estas conclusiones.
En resumen, las evidencias sugieren que no se obtienen ventajas al entrenar en ayunas. Si de todas formas lo vas a hacer, Gleeson recomienda limitar esas salidas a dos a la semana, durante no más de 60 min y a una intensidad moderada. “Por mi experiencia, el entrenamiento en ayunas no es la mejor opción para alguien que se esté recuperando del síndrome de deficiencia energética relativa en el deporte (RED-S) o síndrome de sobren tren a miento. Además, los corredores deberían ser conscientes del efecto que tiene salir a correr en ayunas o sin haber ingerido la suficiente cantidad de carbohidratos sobre la función tiroidea porque las investigaciones han demostrado que la energía, en general, y los carbohidratos, en particular, son básicos en el funcionamiento de la hormona tiroidea T3, responsable de la regulación del metabolismo.