¿Y QUÉ PASA CON LAS SALES?
Los corredores pierden entre 400 y 2.500 ml de agua a la hora en forma de sudor cuando se están ejercitando. La media es 1.200 ml/h, pero depende de la edad, el sexo, el peso, la intensidad del entrenamiento y la temperatura ambiental. El sudor está formado principalmente por agua y por una pequeña cantidad de electrolitos, la mayor parte de sodio.
El sodio presente en el sudor varía entre 115 y 2.000 mg por 1.000 ml, incluso más. La mayoría de las pastillas de sales minerales, de electrolitos o las bebidas energéticas proporcionan 250-300 mg de sodio. En entrenamientos largos, si diluyes los electrolitos en 750 ml, tendrás que ingerir unos 2.250 ml de líquidos en una hora para reponer tus necesidades de sodio, algo bastante difícil desde el punto de vista práctico y de la transpiración. Por eso, muchos corredores presentan síntomas relacionados con niveles bajos de sodio y deshidratación como molestias gastrointestinales, náuseas, flato, fatiga, dificultad en la concentración y mareos: nada que ver ni con los geles ni con las barritas energéticas. Si estás deshidratado y tomas glucosa, el tracto intestinal no puede absorber la glucosa todo lo rápido que sería preciso, lo que lleva a problemas estomacales.
Suelo recomendar una ingesta de 700900 mg de sodio por hora en entrenamientos o pruebas largas. Puede ser una mezcla de pastillas de sales, electrolitos, bebidas energéticas e incluso alimentos sólidos como cacahuetes. Mi consejo es comenzar a beber electrolitos 24 horas antes de la carrera y al terminar.