LUISMI MARTÍN BERLANAS y MIRIAM ALONSO
ANA
Fruto de la relación de Luismi Martín Berlanas y Miriam Alonso nació Ana, quien actualmente no se decanta por ninguna especialidad, pero reconoce que seguramente se encamine hacia las vallas. Es hija de atletas y está familiarizada con este mundo desde muy pequeña: por un lado, su padre se especializó en 3.000 metros obstáculos tras iniciarse en 1.500 lisos, y ha sido internacional, olímpico y campeón de España en varias categorías. Por otro, su madre, atleta de 400, internacional y también olímpica.
Lo que el deporte unió hizo que, a día de hoy, tengamos unas grandes jóvenes promesas. “Aunque en casa prácticamente no hay a la vista medallas, trofeos o diplomas, el deporte siempre ha estado presente desde que Ana nació, ya que incluso después de retirados, Miriam y yo hemos seguido practicándolo en mayor o menor medida”, apunta Luismi. Miriam afirma que siempre han inculcado a su hija la necesidad de hacer ejercicio y que por eso la invitaron a escoger algún deporte, el que ella quisiera: “Empezó por el baloncesto y el patinaje, pero un día le pedí que probara el atletismo y, desde entonces, ese ha sido su deporte”. Orgullosos, desean que esa experiencia le aporte a su hija tantas cosas buenas como a ellos. A Miriam, verla pasar vallas “me encanta, una gran sonrisa aparece en mi cara. No me importa si algún día decide o no practicar el atletismo de forma más seria. Me vale con que ahora lo pase bien y todo lo que está aprendiendo en estos años de iniciación”. Su padre es ahora su entrenador de atletismo, así que “estoy obligado a aconsejar”, nos dice riendo.
“Inevitablemente el deporte llega a mi vida por influencia de mis padres. A mí me encanta el atletismo, pero no estoy segura de si hubiera elegido practicar este deporte sin su influencia”, asegura Ana. “Lo que tengo claro es la diferencia entre las palabras ‘influencia’ y ‘presión’. Mis padres han influido, me han hecho querer el deporte, pero nunca me han presionado. Siempre he sentido que si quiero dejarlo lo podría hacer”. Ana avanza con pasos pequeños que se van afianzando y convirtiéndose en firmes pisadas en el camino de los sueños: “Lo practico por gusto, pero cada vez me lo tomo más en serio y quiero mejorar más. Soy exigente. Pero siempre por gusto”.
No confiesa ningún sueño en particular. Sí metas a corto plazo, y también objetivos: “Si tuviera que elegir un sueño relacionado con el deporte sería no dejar nunca de hacer cosas que tengan que ver con él. Mis padres siempre me han enseñado lo importante que es estar en forma y practicarlo, por salud física y también mental”. Por supuesto, ella admira mucho a sus padres por lo que ya han conseguido, pero aún no sabe qué quiere hacer, ni a qué dedicarse profesionalmente: “El atletismo está ahí como apoyo, para pasármelo bien y superarme a mí misma”.
“MIS PADRES ME HAN INFLUIDO Y ME HAN HECHO AMAR EL DEPORTE, PERO SIN PRESIÓN”