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Replantearnos los nervios previos a una carrera puede ayudarnos a rendir más.

ES NORMAL SENTIR ANSIEDAD ante un reto. Ya sea hablar en público o correr tu primera 10K, la perspectiva del desafío puede provocar lo que se conoce como ‘mariposas en el estómago’. Aunque se suele pensar que intentar calmarnos es la mejor manera de hacer frente a esa ansiedad previa, varios estudios (1) sugieren que tratar de reconvertirla puede ser una estrategia mejor. Comparado con los que intentan calmarse, los que pueden canalizar positivamente su ansiedad se sienten más emocionados y rinden mejor.

Esas mariposas en el estómago ayudan a nuestro cuerpo a prepararse para actuar, pero si queremos que vuelen en formación y hacernos sentir entusiasmo por el desafío que tenemos por delante, los psicólogos recomiendan seguir la regla de las 3 P: prepararnos bien, practicar mucho y lo que los anglosajones llaman process-driven (centrarse en el proceso). Estas actitudes nos ayudan a concentrarnos, por lo que a nuestra mente no le queda mucho margen para vagar, que es lo que acaba desencadenando nuestro miedo.