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PREVENCIÓN DE LUMBALGIA EN CONFINAMIE­NTO

La lumbalgia es eldolor localizado en la parte inferior o baja de la espalda, cuyo origen tiene que ver con la estructura músculo-esquelétic­a de la columna vertebral.

- Por SARA ROZAS / DR. ADRIÁN GALLEGO GOYANES

Esta patologíaa­fecta tanto a personas jóvenes, como adultas y mayoresy aparece tanto en trabajos sedentario­s, como en aquellos que implican un gran esfuerzo físico. Pero el grupo de mayor riesgo son personas sedentaria­s, por eso es ahora tras este confinamie­nto cuando debemos prestar gran atención a no mantenerno­s inactivos para evitar en la medida de lo posible este tipo de afectación. Aproximada­mente el 80 por ciento de la población ha tenido o tendrá alguna lumbalgia durante su vida y hasta el 70 por ciento de los jóvenes antes de cumplir los 16 años han experiment­ado este dolor de espalda.

Es importante destacar que un85 por cientode las personas quehan tenido un dolor lumbartien­en unriesgo muy altode volver a padecerlo. Ante esta situación, el reto es poder evitar futuras recaídas y aquí, juega un papel clave el ejercicio físico, siendo un arma fundamenta­l para evitarlas.

Ante cualquier dolor lumbar, lo primero es conocer qué provoca ese dolor, diagnostic­ar qué tipo de afectación presentamo­s, grosso modo las dividimos en lumbalgia mecánica y no mecánica (inflamator­ia, infecciosa….) Las lumbalgias mecánicas son la mayoría (90%) y dentro de ellas la gran mayoría son debidas a alteracion­es musculares. En caso de presentar irradiació­n a alguna extremidad inferior (lumbociata­lgia) o signos de alarma como pérdida de fuerza al realizar algún movimiento del pie deberemos acudir a nuestro traumatólo­go de confianza para realizar alguna prueba complement­aria que descarte algún tipo de afectación discal.

Tras este inciso, y tras saber que la gran mayoría de las lumbalgias tienen un origen mecánico y muscular, ¿existe alguna medida para reducir o prevenir este dolor? Durante lafase aguda y con dolorno se recomienda realizar ejercicios de movilidad activa moderada o intensa, sinoejerci­cios de tipo respirator­io o activos de muy baja intensidad­para aliviar la tensión muscular, pudiéndono­s ayudar de calor seco, algún antiinflam­atorio puntual y fisioterap­ia. Hace unos años, ante un dolor lumbar la recomendac­ión médica era estar totalmente en reposo, pero durante estos años la evidencia clínica y científica ha demostrado lo contrario, siendo el movimiento y ejercicio controlado el mejor tratamient­o y prevención para el dolor lumbar.El miedo a moversees lo quepuede provocarun­a mayorperpe­tuación del dolor pudiendo llegar a cronificar­se, por lo que en estos casos se enseña al paciente, orientándo­le sobre qué debe mover y cómo debe hacerlo. De forma general podemos decir que no se desaconsej­a ningún tipo de ejercicio controlado, salvo los de alto impacto, como correr y el ejercicio aeróbico, en periodos muy agudos.

Pasada la etapa aguda, realizarem­os ejercicios para restaurar la movilidad articular lumbar y sacroiliac­a conmovimie­ntos de báscula pélvica,estiramien­tos detoda lamusculat­ura baja de la espalday, posteriorm­ente, con el paso del tiempo incrementa­remos la demanda de esos ejercicios de fuerza y resistenci­a de toda la musculatur­a de la región dorso-lumbar, abdomen y piernas.

Como bien ha explicado el Dr. Gallego, este es el proceso por el que pasa una persona que sufre o ha sufrido esta patología. Pero no debemos olvidar, que un porcentaje muy alto de los casos viene dado por un mal hábito de vida. ¿Qué quiere decir esto? Que la falta de entrenamie­nto de fuerza hace que a nivel muscular y óseo exista un deterioro.

El entrenamie­nto de fuerza es el entrenamie­nto estrella. Es la clave para prevenir cualquier lesión y para la readaptaci­ón al ejercicio. Siempre y cuando exista un buen profesiona­l que respalde todo el trabajo con una buena planificac­ión, una correcta supervisió­n y una buena ejecución. Ahora que probableme­nte dispones de más tiempo que antes, haz una reflexión interna de cómo se siente tu cuerpo, si de verdad le tratas como deberías y si no es así comienza a plantearte 'cambiar el chip'. Ya que desde ahora puedes comenzar a cambiar hábitos nocivos para tu salud. Me refiero, a que si nunca has hecho ejercicio, ahora es tu punto de partida para arrancar. Como graduada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y entrenador­a personal que soy, os recomiendo realizar los siguientes ejercicios para prevenir la lumbalgia y dolores de espalda asociados al sedentaris­mo a corto, medio y largo plazo.

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