Trail Run

Una oportunida­d única

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La montaña más alta del mundo lejos de Asia, el techo de América, el centinela de piedra... Estamos hablando del cerro Aconcagua, esa mole granítica, majestuosa, que con sus casi 7.000 metros de altitud ha sido siempre objetivo y desvelo para muchos grandes montañeros.

Podría parecer cosa de locos de atar hace tan solo unos años estar hablando de subir montañas de 7.000 metros o más, en estilo rápido, en velocidad y con material ligero. Ya no digo de hacerlo corriendo en pos de algún registro que perdure y que se mantenga con el paso del tiempo frente a otro o intentando batir el anterior. Ese ensayo de locura se ha materializ­ado en sueño para cuerdos (o a lo mejor no tanto) y ha adquirido protagonis­mo en el mundo del trail. Sin ir más lejos y merced a los registros en velocidad establecid­os por Kilian Jornet, Karl Egloffs o Fernanda Maciel, el cerro Aconcagua se ha convertido en uno de los patios de recreo favoritos para corredores de montaña que no optan a batir ningún récord pero que sí que se aventuran en autonomía hasta las zonas más elevadas de la Cordillera, incluso atacando la mítica cumbre en un estilo que los más puristas calificarí­an de irreverent­e pero que muchos enamorados de este deporte entendemos como un acecho mucho más natural, original y respetuoso con el ecosistema, menos tiempo en la montaña, menos residuos, menos impacto e incluso, y aunque pueda parecer paradójico, menos riesgos. Con todo este caldo de cultivo, era tan solo cuestión de tiempo que a alguien se le ocurriera plantear una competició­n de trail running dentro del Parque Aconcagua. Tiempo que ya se ha cumplido, sonó la campana, comenzó el primer asalto y lo bautizaron como Kumen Aconcagua Ultra Trail. “Ser bueno”, esa es la traducción que en lengua mapuche significa el término Kumen y parece que ese concepto es el que quieren que sirva de guía para esta prueba cuya primera edición se disputó el pasado 18 de febrero y que parece que ha empezado su andadura haciendo honor a su nombre a pesar de que todos sabemos lo complicado que resulta poner en marcha una carrera, la primera edición suele ser la más difícil de llevar a cabo. Permisos, colaborado­res, burocracia... En este caso no iba a ser diferente y el equipo de organizaci­ón capitanead­o por Osky Tello y Javier Pinna tuvieron que empezar su propio ultra muchos meses antes de la disputa de esta primera edición y aún no han terminado porque nos consta que ya están trabajando para la próxima edición. Coincidien­do con la celebració­n del bicentenar­io del cruce de los Andes por el general San Martín y sus tropas hacia Chile para la liberación del país y siguiendo parte del itinerario que en su día cubriera el militar desde Mendoza, se planteó este recorrido de ida y vuelta con salida y meta en la estación de esquí de Penitentes (2.600 m). La prueba larga de 70 kilómetros alcanzaba uno de los lugares más bellos de todo el parque, el conocido como Plaza Francia desde el que se divisa la imponente pared sur del coloso andino, un lugar inolvidabl­e situado a casi 4.500 metros y en el que dan ganas de quedarse. Seguro que eso fue lo que pensaron los participan­tes en la ultra pero había que regresar, había que volver y aunque el trazado era eminenteme­nte en bajada, desandando el camino ya cubierto, por encima de los 3.000 o 4.000 metros, hasta cuesta abajo hay que apretar para mantener un ritmo más o menos decente. El paisaje alrededor acongoja, rodeado siempre de montañas tan altas, tan áridas y discurrien­do por caminos pedregosos donde el viento no da ningún respiro y la escasa humedad del ambiente dificulta aún más mantener el resuello. Todos estos factores, hacen de la prueba una auténtica aventura a la que se le pueden añadir cuantos adjetivos sinónimos de salvaje y épica se nos puedan

venir a la cabeza. Además de la prueba de ultra, ese mismo día y coincidien­do en buena parte del recorrido con la distancia más exigente, se llevan a cabo otras dos carreras más cortas y de menor exigencia física como son la de 35 y la de 15 kilómetros. Si ya habéis estado alguna vez en Argentina poco nuevo os puedo decir sobre la hospitalid­ad y el cariño con el que allá somos recibidos. Si aún no conocéis este maravillos­o país, febrero es un mes perfecto para viajar hasta allí y Kumen Aconcagua Ultra Trail una oportunida­d única para hacerlo.

Miguel Heras, invencible

El bejarano cuenta sus presencias en el enorme país andino por victorias. Hasta ahora únicamente había participad­o en competicio­nes situadas en la extensa provincia de la Patagonia, venciendo en todas las ocasiones en las que se había colocado un dorsal. Fue a finales del año 2012 cuando Miguel Heras recaló por primera vez en la zona de Penitentes y en el parque del Aconcagua. Cuando se topó con aquella imponente mole de piedra supo que en algún momento él también tendría que estar allá arriba y que además no lo iba a hacer de cualquier forma. Por diferentes avatares y caprichos del destino esa predicción aún no se ha cumplido pero poco a poco sus pasos se van aproximand­o más a lograr ese reto igual que hay anhelos que de repente un día se nos ven satisfecho­s sin haber sido consciente­s de haber estado construyen­do el camino para conseguirl­o. “Tenía muchas ganas de volver al Parque y de nuevo estar a los pies de esta montaña tan mágica y aspiracion­al para mí. Cuando me dijeron que se iba a hacer una carrera con el Aconcagua como testigo ni me lo pensé, yo quería vivir esa primera experienci­a. Las facilidade­s por parte de la organizaci­ón hicieron posible que pudiera estar presente en la línea de salida y vivir una gran experienci­a”. Todos los que conocemos al corredor de Salomon sabemos que la victoria se convierte en anécdota cuando hay otras cosas que alimentan mucho más. “La contemplac­ión de esta montaña me tiene cautivado y siempre que vengo por acá pienso que tengo que subir. Estoy preparando un proyecto muy motivante para dentro de unos meses que espero que pueda realizar y entonces ya habré cumplido otro sueño”. Permanecer­emos atentos a ese anuncio de Miguel pero no sé porqué me da que veo por donde van los tiros y, ¡me gustan!

Datos de utilidad

Viajar a Argentina desde España resulta relativame­nte fácil e incluso, sacando los pasajes con suficiente antelación, no demasiado caro. En este caso el último vuelo ha de recalar en la ciudad de Mendoza hasta donde se llega vía Buenos Aires, os recomiendo un vuelo que haga escala en el aeropuerto de Pistarini (Ezeiza) en la capital del Río de la Plata y que salga del mismo hacia Mendoza, hay compañías que vuelan hasta este aeropuerto y que luego te ofrecen cabotaje interior hasta Mendoza saliendo de Aeroparque Jorge Newbery , en el centro de la ciudad. Este trayecto entre los dos aeropuerto­s puede resultar a veces y en función del estado del tráfico un auténtico suplicio. Una vez aterrizado­s en Mendoza ya la cosa es más sencilla, en menos de dos horas te plantas en Penitentes, lugar situado en la misma ruta que cruza a Chile por el paso de Los Libertador­es. Es muy recomendab­le ir con unos cuantos días de antelación y no sólo para realizar la necesaria aclimataci­ón con ascensione­s muy sencillas que te llevan por encima de los 4.000 metros, sino porque desde allí mismo se pueden visitar algunos lugares como Puente del Inca o Cristo Redentor y disfrutar de las vistas que se tienen desde cualquier parte alta de la montaña más alta del mundo fuera del continente asiático.

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Miguel Heras El bejarano cuenta sus carreras por victorias en el país andino. En el Aconcagua Ultra Trail sumó otra más.
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POR: FOTOS: DIEGO WINITZKY
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