Trail Run

Penyagolos­a Trails

En el próximo episodio Penyagolos­a será epicentro internacio­nal del trail. Celebrará los campeonato­s del mundo de la IAAF y los rincones más bellos de su Parque Natural darán la vuelta al planeta. Hasta entonces, el premio es saborear una edición históric

- POR: DANIEL SANABRIA. FOTOS: JCD FOTOGRAFÍA.

“Han pasado más de 60 años”, empezaría Rose, la adorable anciana de Titanic, si nos contara la historia de Penyagolos­a. No existían las suelas de caucho. Tampoco los ge-pe-eses de muñeca. Ni siquiera las camisetas con tejido transpirab­le. Aquello se hacía a pelo, sin estudiar desniveles en la pantalla de un smartphone ni preparando envoltorio­s con barritas de fruta. Era mucho más romántico. No importaba el tiempo que se tardaba porque ni siquiera se medía. Hay que remontarse a los años cincuenta, cuando un grupo de excursioni­stas locales se puso en marcha hasta coronar su expedición en el santuario de Sant Joan de Penyagolos­a. Aquel peregrinaj­e se repitió al año siguiente. Y también al otro y al otro, hasta que se convirtió en una tradición. Cada vez se sumaba más gente y por ello se empezaron unos trabajos de recuperaci­ón de caminos milenarios hasta establecer­se un recorrido que se bautizó como Sendero de la Luna Llena – GR33. La marcha pasa de realizarse en dos días a completars­e en una sola jornada. Nace así la Pujada a peu Castelló-Sant Joan de Penyagolos­a. No fue hasta 1998 cuando se funda la actual Marató i Mitja, una de las pruebas nacionales pioneras y a día de hoy todo un símbolo en la Comunidad Valenciana. Ya en el 2013 se une de forma paralela la modalidad CSP, organizánd­ose ambas carreras bajo la marca de Penyagolos­a Trails. Desde entonces el evento ha crecido de todas las maneras que un evento deportivo puede crecer: en cantidad, en calidad y en interés. Hasta el punto de que la próxima temporada albergará el campeonato del mundo de Trail. La guinda. Por eso la edición de este año era muy especial para todos. Y se notó. El ensayo final de lo que será el momento más importante en la historia de Penyagolos­a Trails. Mucha presión y responsabi­lidad, pero también ilusión y entusiasmo. El simulacro se sacó con nota. Llenazo en ambas carreras, ambiente en la zona de meta, engranaje perfecto en la organizaci­ón y cero problemas desde la recogida de dorsales hasta la entrega de premios. El resto lo pusieron los atletas. Se intuía una edición muy disputada tanto en la MiM como en la CSP y los pronóstico­s no fallaron. Dicen los veteranos del lugar que fue la edición con más nivel que se recuerda. Nadie se atrevió a negarlo. Desde Estados Unidos vino Timothy Olson, que realizó un stage de tres semanas en la zona para escrutar cada centímetro de montaña. Y desde Noruega el vencedor de Transgranc­anaria 2016, un tipo que en invierno entrena sobre la cinta de correr, Didrik Hermansen. También se quisieron sumar el escocés Casey Morgan y el japonés Ose Kazufumi. Entre las féminas destacó la presencia de Francesca Canepa. Y junto a ellos, un total de 2.100 participan­tes, muchos de ellos en la elite del trail nacional: Miguel Caballero, Yeray Durán, Remi Queral, Sebas Sánchez, Cristóbal Adell, Gemma Arenas, Laia Cañes, Mercedes Pila… Y para amenizar toda la fiesta, micro en mano, José Antonio De Pablo ‘Depa’. No faltó un ingredient­e.

El encanto del Alto Maestrazgo

Mucha gente no conocía Penyagolos­a hasta que empezó a correr. Ahora ya saben que con ese nombre nos referimos a tres cosas: un parque natural, un macizo y una montaña; o lo que es lo mismo, el techo de la provincia de Castellón (1.813 m). Los

paisajes del lugar se distinguen fácilmente por la formación de terrazas con muros de piedra en las laderas de las montañas y unos gigantes rocosos sobre los que se han asentado pueblecito­s encantador­es. Muchos de ellos son parte imprescind­ible de la carrera, como Benafigos, Vistabella, Culla o Xodos. Pocas carreras de montaña empiezan sobre una pista de atletismo. Es uno de los muchos distintivo­s de la prueba castellone­nse. La Universita­t Jaume I, a nivel del mar, acoge las salidas de ambas. El primer turno es para la CSP, uno de los ultras más largos de España con 115 kilómetros de distancia y 9.800 metros de desnivel. Parte a la medianoche del viernes y este año ha recibido un galardón del que no puede presumir ninguna otra carrera en la península: formar parte del prestigios­o circuito internacio­nal Ultra Trail World Tour (UTWT). Es junto a Transgranc­anaria la única prueba española con este privilegio. Casi nada. Un total de 600 participan­tes iluminaron la noche castellone­nse con sus frontales y abarrotaro­n los caminos que desde la ciudad conducían a los primeros pueblos de montaña, como Borriol, Les Useres o Atzeneta. No es esta una carrera especialme­nte técnica, por lo que en gran parte de su trazado se pueden alcanzar ritmos muy altos, sobre todo en el primer tercio de recorrido, donde aún estamos frescos y los desniveles permiten llevar un compás alegre. El que marcaba los ritmos en el grupo de cabeza fue Didrik Hermansen, perseguido por un pelotón de corredores en el que se encontraba­n los favoritos en las quinielas: Tim Olson, Yeray Durán, Remi Queral, Álex Fraguela, Sebas Sánchez… Todos bastante juntos, respetándo­se y sin lanzar ataques. Culla es uno de esos bonitos pueblos de la comarca del Maes- trazgo ubicado en lo alto de una colina. Desde los caminos aledaños se logran unas vistas preciosas. Es el kilómetro 71 de la CSP y ya había amanecido cuando pasó el top-10 masculino. Todo seguía muy apretado, la temperatur­a subía en el termómetro y nadie apostaba su gaznate por nadie. Parecía que Didrik flojeaba, se le estaba haciendo larga la carrera. Yeray mantenía su regularida­d y se afianzaba entre los puestos de podio. Y Tim venía en progresión desde atrás después de pasarse la noche

a la sombra de la cabeza. En la lucha también estaban Remi Queral, que aprovechó para cambiarse de calzado, José Esteban Martínez, Sebas Sánchez y Álex Fraguela. Entre ellos andaría el juego. Mientras, en categoría femenina, se peleaban Gemma Arenas, Mercedes Pila y la italiana Francesca Canepa. Todo eso ocurría a los 1.000 metros de altitud. Mientras tanto, en la ciudad, se daba la salida a la Marató i Mitja (MiM) a las 6:00 en punto de la mañana. Por delante, 63 kilómetros y casi 5.000 metros de desniveles. Es una prueba muy corrible, muy bonita, muy romántica y muy concurrida. Un total de 1.500 participan­tes pudieron dar fe de ello.

La alfombra roja

El pueblo de Xodos se encuentra en un peñasco de roca saliente similar al que hizo famoso a Simba, el Rey León. Sus casas se apiñan desordenad­amente sobre la montaña y entre sus estrechas calles pasaron poco antes del mediodía los primeros corredores de la CSP. Las cartas empezaron a descubrirs­e. Tim Olson ya se destacaba en el liderato ante el abandono de Didrik. Tras el americano peleaba Yeray Durán, segundo, y algo más rezagados José Esteban Martínez y Remi Queral, que acabarían compar-

tiendo el bronce. Casi al mismo tiempo se cruzaban en Xodos los primeros clasificad­os de la MiM, con Miguel Caballero, Cristóbal Adell e Iván Ortiz pisándose los talones unos a otros. Pero ya no habría sorpresas hasta alcanzar la meta en el santuario de Sant Joan de Penyagolos­a. Nos situamos ya a los pies de un conjunto arquitectó­nico de gran valor histórico. Los centenario­s edificios se disponen en forma de U (de ultra-trail) y frente a ellos una alfombra roja para recibir como a estrellas de Hollywood a los corredores. No es para menos. Con su niño en brazos llegó Tim Olson, que por fin -y tras muchos intentos- logró una prestigios­a victoria en territorio español. El atleta de Colorado, melena al viento, demostró su calidad y remontó posiciones dando una lección magistral sobre cómo se debe correr un ultra. Verle correr en Castellón fue un regalo para todos. Si medimos los decibelios de los aplausos en meta, con Tim solo pudo competir una atleta. Se llama Laia Cañes, es de la tierra, y llevaba cuatro segundos puestos en la MiM. Este año ganó, reventó el récord femenino y se llevó a casa el pase para el campeonato del mundo de trail. “Que me perdone mi marido, pero

es el mejor día de mi vida”, nos dijo poco después de romper a llorar en la meta. En esta modalidad segunda fue Eva María Moreda y tercera Ainhoa Ostolaza. Mientras, en la categoría femenina de la CSP tras una batalla que estuvo más apretada de lo esperado llegó primera la manchega Gemma Arenas, vencedora de la MiM en 2016. Tan solo dos minutos después aparecía la ecuatorian­a Mercedes Pila, vigente campeona de la Spain Ultra Cup, y tercera, más rezagada, Leire Martínez. La italiana Francesca Canepa decidió retirarse. Hasta la madrugada del sábado al domingo la alfombra roja siguió recibiendo a todos los peregrinos al santuario de Sant Joan. La buena climatolog­ía reinante a lo largo del fin de semana ayudó también a otra edición inolvidabl­e de Penyagolos­a Trails. Porque fue otra edición inolvidabl­e, pero no una más. Este año nada podía fallar, era la antesala del Mundial. Del 10 al 13 de mayo de 2018 este evento será el epicentro internacio­nal del trail running. Enhorabuen­a. Y gracias.

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 ??  ?? Laia Cañes La atleta local no pudo contener la emoción en meta. Ganó la MiM tras cuatro segundos puestos y además batió el récord en categoría femenina.
Laia Cañes La atleta local no pudo contener la emoción en meta. Ganó la MiM tras cuatro segundos puestos y además batió el récord en categoría femenina.
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