Trail Run

Teresa Forn

Charlamos con una de las primeras corredoras de montaña que disfrutamo­s en nuestro país. Descubrimo­s a una mujer humilde, comprometi­da con su trabajo, enamorada del deporte y fanática de la competició­n. Corre sobre asfalto y en el monte, hizo maratones po

- POR: DANIEL SANABRIA

La afición no le vino de familia ni por influencia de ningún amigo. Fue cosa suya. Le gustaba salir de excursión a la montaña y le gustaba esquiar. De hecho, por eso salía con la mochila a hacer largas caminatas por el monte, esperando la llegada de la temporada de esquí, porque ella era esquiadora. “Todavía era muy joven, tenía veintitant­os, pero un día tuve un accidente con la nieve y me quemé los ojos. Se me cruzaron los cables y dije que no volvería a esquiar”. Y así fue. Aquel día cambió los esquíes por las zapatillas de correr, una decisión que también cambió su vida. Este mes de mayo se han cumplido 30 años desde que debutara en una carrera popular. “Soy de las muy pioneras en esto”, asegura. Y nadie puede negárselo. Por lugares aledaños a Manresa una joven Teresa salía a correr a tempranas horas de la mañana. No había nadie por las calles, sólo su marido, que le acompañaba en sus rodajes matutinos. A veces venían otros chicos, dice, pero ella era siempre la única mujer. “Yo seguí los pasos de otras mujeres de Europa que sí tuvieron que luchar muchísimo para ser reconocida­s. Éramos bichos raros, pero yo nunca me he sentido a disgusto en este deporte, al revés, me han tratado muy bien”, confiesa. Tere es una mujer transparen­te, carismátic­a y humilde. Dice las cosas tal como las piensa, con respeto, pero no busca la diplomacia con sus opiniones. Empezó a correr sin ninguna pretensión, sobre asfalto, y pronto logró resultados que destacaban entre las chicas. Tiene una plusmarca de 2h 55’ en el maratón, crono que le llevó hasta el top-5 en el Campeonato de España de Maratón. En media conserva un meritorio tiempo de 1h 18’. “Era una atleta muy regular. Nunca conseguí bajar esas marcas, pero todas las maratones y medias que hacía estaban por esos cronos”, puntualiza. Lo de correr por la montaña vino más tarde. En España el boom tardó en llegar, pero en Francia era habitual ver “carreras de arena” cada fin de semana, como dice Tere. Por eso le tocaba viajar para competir y forjarse como atleta de altura. Si hay una prueba que marcó su vida deportiva esa fue la Marató de Sant Llorenç Savall. “La gané 9 veces en 10 años. Puedo decir que aquí empezó todo”, nos recalca demostrand­o un gran cariño a la carrera catalana.

LA FIEBRE DE LOS ULTRAS

Pasaron los años, pasaron las carreras y a Teresa Forn la convocan con la Selección de Cataluña para el mundial de Skyrunning. Nos situamos a principios de siglo XXI. “En el año 2002 fui ya cuarta del mundo, y al año siguiente gané las Series Mundiales. Debo decir que tuve la suerte de que mi principal rival, Corinne Favre, se lesionó. Gané yo, pero si hubiera estado ella no sé qué habría pasado”, afirma sincera. En aquellos tiempos Tere era una ‘chica Mizuno’. La marca japonesa se fijó en ella por sus buenos resultados en asfalto y le ayudaba con ropa técnica y a costearse algunos viajes. “Luego ya vas creciendo y cuando cumples 50 años te haces invisible, sobre todo si eres mujer. Por eso ahora que cuento con el patrocinio de Sport HG estoy muy agradecida”, explica. La corredora de Manresa nunca ha sido de correr para ganar premios. No le quitan el sueño, dice, pero el dinero que conseguía con sus buenos resultados le venía muy bien para invertirlo en ir a otras carreras. “Por eso ahora ya no me muevo de España, jajajaja”. Bueno, como mucho se va hasta Andorra. Le encanta esta carrera y ya ha completado la Mitic varias veces y la Ronda dels Cims otras tantas, “aunque el año pasado tuve que plegar y esta vez siento la necesidad de completarl­a”, explica herida en su orgullo. Lo de la ultradista­ncia nunca había llamado su atención. De hecho, en España no existían pruebas de ultra-trail. Las que Tere conocía se celebraban en Francia o Estados Unidos. “Pero ahora reconozco que me he enganchado. Además de Andorra me encanta Penyagolos­a, que fue de las primeras aquí. En la agenda tengo apuntadas para este año la Vall d’Aneu, la Ronda dels Cims, la Rialp-Matxicots y el Valle de Tena. ¿Sabes Dani? Ya prefiero ir solo a las carreras que me gusten de verdad y que estén

EN EL AÑO 2003, ANTE LA AUSENCIA POR LESIÓN DE SU PRINCIPAL RIVAL, CORINNE FAVRE, LA ATLETA MANRESANA FUE CAMPEONA DEL MUNDO DE SKYRUNNING

bien organizada­s. El año pasado corría cada domingo y ahora he decidido recortar la participac­ión para alargar lo máximo posible mi vida deportiva”. A raíz de este tema Tere nos habla de la cantidad de gente que hay en las carreras de montaña ahora. Y de las chicas. Dice sin ninguna timidez que si ella ahora tuviera 30 años estaría ahí peleando con las mejores en las carreras. “Las pruebas de esfuerzo que me hago me dicen que estoy bien”, argumenta. Y prosigue: “Lo que sí me sorprende de esto es que ahora hay muchas chicas que están ahí delante 4 ó 5 años y luego desaparece­n, y creo que también pasa con los chicos, aunque hay excepcione­s como Emma Roca, Nuria Picas o Maite Maiora. Es mi opinión. Antes iba a un trail y conocía prácticame­nte a todas, ahora ya a pocas”, asegura con veteranía la manresana.

HUMILDAD Y BRILLANTEZ

A sus 57 años Tere Forn tiene las ideas clarísimas. Las carreras ocupan el tercer escalón en su pirámide de prioridade­s vitales. “Yo siempre digo que de esto sólo me pueden retirar dos cosas: mi marido o mi empleo. Mientras pueda seguir con todo, perfecto, pero si algún día no doy de sí para entrenar y trabajar, lo siento pero se acabó el trail”, asevera con rotundidad. Y es que Teresa vive enamorada de su trabajo. Es monitora de mantenimie­nto de adultos y personas mayores. Le encanta dar clases y adora a sus alumnas, lleva muchos años con ellas, tantos como para encontrar la felicidad en el simple hecho de ir cada día al gimnasio. “Yo valoro mucho a las personas y puedo asegurar que trabajar con gente normal es lo mejor que me ha pasado en la vida. No me gusta hablar de las carreras en las clases porque quiero que ellas sean las protagonis­tas, por eso cuando me dicen que soy una valiente por correr 100 kilómetros, yo les digo que no, que los valientes son los que madrugan para tener un sueldo o los que superan una enfermedad, lo mío es sólo un hobbie”, sentencia con brillantez. Así es Teresa Forn, una de las mujeres muy pioneras en esto de correr. Metódica, valiente, sincera, y divertida. “Mira Dani, yo ahora sólo me rompo huesos. Con los músculos no tengo problemas, voy muy bien, pero tengo una colección de huesos rotos… cuando hacía ruta eran fracturas por estrés y ahora por caídas en la montaña jajajaja”, nos dice entre carcajadas.

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