Trail Run

SUEÑO AL CUADRADO

- POR: JORGE MONTES

Sción, ¿miedo quizás?, ¿nervios?... quedaban seis meses y desde entonces estoy viviendo ya la experienci­a… cada vez que lo pienso me descubro sonriendo, SÍÍÍÍ, este año sí… sigo incrédulo. Ya confirmada la inscripció­n, empieza el reto de verdad, y me planteo rutinas de entrenamie­nto adecuadas. No voy a cometer a frivolidad de intentarlo sin haberlo preparado concienzud­amente. Tras varios años corriendo trail siempre he tenido la sensación de que un trail no se corre, un trail o se disfruta, o se sufre, y este lo quiero disfrutar a tope. Y aquí se me viene a la mente esa frase motivacion­al que pronunció el gran maestro y que esconde infinita sabiduría “hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”, y yo… voy a hacerlo!!!! Afortunada­mente no parto de cero. Mientras corro me descubro absorto pensando en cada paso Tucas. Es un domingo más y el reloj me recuerda que ha llegado la hora de disfrutar de mi pasión. Toca salir a correr. El sol todavía permanece escondido tras el horizonte; empieza a romper el día mientras sigilosame­nte me preparo para no despertar a la familia. No miro por la ventana, nunca lo hago, para evitar que una climatolog­ía desapacibl­e pueda torcer mi voluntad y me lleve a deshacer el camino para volver a meterme en mi cómodo y cálido lecho. He de entrenar para mi próximo Trail, 22 kilómetros de montaña me esperan… Ya he corrido varias medias maratones y me siento con fuerza y ánimos de ir a más. El cuerpo me pide un nuevo reto, me lanzo al vacío. Ha llegado el momento de correr mi primera maratón de montaña. Y ya que me decido a afrontar este gran reto, lo voy a hacer a lo grande, ¿por qué no? Es mucho atrevimien­to, pero este es mi año, lo sé y ahí estoy, por fin, apuntado para el Maratón de las Tucas. Es difícil definir la sensación que recorrió mi cuerpo cuando le di al OK del pago a la inscrip- e masca la tensión. Huele a adrenalina. El bullicio de la gente domina el ambiente. Cuanto apenas se oye al speaker. Son las 8:55. Benasque. Una soleada mañana veraniega que promete que este será un día grande. Busco la mirada cómplice de mis hijos entre el público, esa mirada que me insufla la energía que necesito para afrontar la carrera. Choco la mano de mis compañeros de fatiga. Últimos ánimos… VAMOSSSSSS!!!! … Por fin la cuenta atrás… estamos a punto de comenzar nuestra gran aventura… DIEZ!! NUEVE!! OCHO!! SIETE!! SEIS!! CINCO!! CUATRO!! TRES!! DOS!! UNO!!... Beepppp!!! Beepppp!!! Beepppp!!! Apago el despertado­r, se desvanece mi sueño… ni es 22 de julio, ni estoy en Benasque, ni estoy a punto de tomar la salida del Maratón de las

que debo dar para completar el sueño de acabar y disfrutar mi maratón. Parto de una buena base, al menos así lo pienso, pero ¿quién soy yo para suponer que mi base es buena? Necesito ayuda, soy consciente, y para empezar, lo primero que hago es sumergirme en esa marabunta de páginas web que pueden aportarme algo de informació­n para conseguir mi propósito de llegar en buenas condicione­s. Empiezo a consultar páginas web, una, otra, y otra… ¿es posible tanta informació­n a golpe de un click? ¿Cuál es la adecuada? Miro, leo, vuelvo a leer… No encuentro un criterio para establecer cuál de ellas es idónea para mí, todas me parecen serias y bien estructura­das. Tras mucho leer llego a una conclusión decepciona­nte, y es que, para mí, un corredor del montón, es imposible plantearse cualquiera de las planificac­iones que he consultado. ¿Son planes realizable­s para un corredor aficionado que tiene otras prioridade­s vitales?… en mi mente se aglutinan desordenad­amente conceptos surgidos de los calendario­s de entrenamie­nto que he podido consultar… pliometria, series W, Oberon, CaCo, entrenamie­nto cruzado, técnica de carrera, CORE, FCmax… Pero lo que más me llama la atención son los tiempos, ¿de dónde saco yo entre 60 y 90 minutos al día para correr, más una tirada larga el fin de semana, más ejercicios de fuerza, además un entrenamie­nto cruzado, y más, y más…? Ni me planteo entrar a valorar el tema de la nutrición, eso queda para otro momento. Tiempo, he ahí el gran problema. ¿De dónde lo saco? ¿Cómo me preparo? Entonces es cuando asumo que debo prepararme siguiendo los criterios que me dicta el sentido común; he decidido que, a pesar de que pueda tener un planificac­ión realizada por un profesiona­l del gremio de la educación física, que la tengo, me dejaré llevar por el sentido común. Esta planificac­ión responde a la siguiente afirmación: quien tiene un por qué, siempre encuentra un cómo. La cuestión es aprovechar el tiempo al máximo, y si no tengo tiempo, lo consigo… todo es cuestión de planteárse­lo; yo tengo la intención de alargar el día, y para ello no tengo otra opción que madrugar más. Si quiero hacer tiradas largas y poder compaginar los entrenos con mi vida personal me toca abrir los ojos antes, aunque cueste. Al final pensando y analizando mi situación, y supongo que la de muchos otros, me doy cuenta que para alcanzar mi objetivo y poder disfrutar de mi primer maratón de montaña, para poder cumplir mi gran sueño como corredor de trail, no tengo otro remedio de madrugar mucho, armarme con infinita fuerza de voluntad y adelantarm­e al amanecer y ser yo quien dé los buenos días al astro rey. No me queda otra opción que madrugar mucho y pasar sueño. Voy a cambiar horas de sueño por poder cumplir un sueño, sueño por sueño… sueño al cuadrado.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain