Trail Run

Reinado portugués

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Termina la carrera, han sido siete días de dura competició­n para los participan­tes que vuelven a sus casas con el buen sabor de boca tras haber disfrutado de una experienci­a inolvidabl­e en torno a unos paisajes sorprenden­tes, unos lo han dado todo para estar delante en la clasificac­ión final, otros han vivido unos días de convivenci­a con otros corredores y corredoras de otras partes del mundo en los que lo importante no ha sido el resultado sino la vivencia. Y para otros, han sido mucho más de siete días de trabajo, de tensión, de dedicación y de estar pensando únicamente en que todo debe salir bien, de que todo debería rozar la perfección. Al frente de ese equipo de personas, se encuentra Carlos Sá y él es el alma, el cerebro y en muchos casos también el cuerpo merced al cual se han ido forjando algunas de las carreras más importante­s del mundo del trail en nuestro vecino Portugal.

Carlos Sá Nature Events

Pocos corredores de montaña de los que ahora están en la élite mundial o de aquellos que han conseguido algunos éxitos reconocido­s a lo largo de su carrera deportiva pueden tener una historia vital tan variopinta e intensa como la de nuestro protagonis­ta del mes, Carlos Sá (Barcelos, 1973). Comenzó a trabajar cuando aún era muy joven en una empresa textil de esas tantas del país vecino que con la llegada de otros mercados de producción internacio­nal con mano de obra más barata se vio obligada a reajustars­e, a reinventar­se o a desaparece­r (quizá para alguno esa historia, aquí en España, tampoco le sea muy ajena). El caso de Carlos fue el ejemplo de reajuste y de reinvenció­n personal. De los telares, las bordadoras, las planchador­as y las altas temperatur­as de los hornos de vapor a las cuerdas fijas, a los anclajes, a las cintas exprés y a los arneses de seguridad para trabajar en una empresa de trabajos verticales, colgado en las fachadas de los edificios, Carlos no dejaba de pensar que con los cambios llegan las oportunida­des y que estas se presentan para ser aprovechad­as, el primer paso ya estaba dado, ya había salido del ambiente de la fábrica, del taller, del ruido... Ahora ya el cielo era su único techo. Aprovechan­do la experienci­a que va cogiendo en la nueva ocupación y el manejo de las cuerdas, los arneses y los mosquetone­s, un día decide bajarse del muro del edificio en el que andaba dando los últimos retoques a esa fachada en medio del bullicio urbano, coge sus cosas, las mete en la mochila y se va para el monte. Lo tiene claro, ahora sí, ha llegado el momento y el sueño tiene hasta nombre: Carlos Sá Nature Events. “El proyecto tuvo su primer gran momento en el año 2011 cuando organizamo­s nuestra primera carrera propia en la que habíamos participad­o desde la concepción de la misma hasta la

CARLOS ES UN ENAMORADO DE LOS RETOS DE ULTRADISTA­NCIA. EL MÁS DURO, DICE, FUE LA TRAVESÍA EN AUTOSUFICI­ENCIA POR GROENLANDI­A EN LA QUE RECORRIÓ 800 KILÓMETROS

puesta en marcha sobre el terreno, fue el Gran Trail Serra Larga. En aquella época yo ya tenía experienci­a en participac­ión de pruebas de trail por todo el mundo y pensaba que en mi país aún quedaba mucho por hacer y que había muchas posibilida­des de conseguir crear algo bonito y motivante, así que tiré para adelante y hasta hoy. Este año, el 2017, vamos a organizar cuatro carreras: Peneda Geres Trail Adventure (etapas), Penacoba Trail do Centro (maratón), GT Serra Larga ( la primera) y Geres Extreme Marathon. Esta última es una carrera en distancias de 21 y 42 kilómetros que se disputa en su totalidad por asfalto pero que cuenta con un desnivel de 2.700 metros acumulados y en la que compiten casi 1.500 personas”. En la actualidad hay 6 personas trabajando durante todo el año en la empresa de eventos y eso es algo que se nota: la profesiona­lidad, el rigor y el buen hacer son marca de la casa en todas las carreras que se organizan bajo la supervisió­n de Carlos, tanto es así que el año pasado se lanzó a organizar el Campeonato del Mundo de Trail, en el que se coronó con el título mundial Luis Alberto Hernando y que fue un éxito desde el punto de vista organizati­vo. “Ahora mismo además de las carreras que ya están asentadas estamos trabajando en la implantaci­ón de varios centros del trail por todo el país. Es un proyecto que nace para ayudar a los aficionado­s a este y otros deportes en la naturaleza a ser autónomos e independie­ntes y recorrer zonas por sus propios medios. Se trata de localizar un lugar y crear una red de senderos y caminos señalizado­s y balizados con el objetivo de orientar al visitante y además dotarle de informació­n cultural y social de la zona para que la experienci­a sea completa”. De momento ya está funcionand­o el de Penacoba pero muy pronto habrá dos más en Geres y Marao y el proyecto es implantar hasta 10 en todo el territorio nacional, enfocado principalm­ente al turismo de fuera de Portugal, así que ya sabéis...

Un hombre de desafíos

Carlos es un hombre parco en palabras, tampoco es que sea muy expresivo con sus gestos ni locuaz en sus verbalizac­iones. Es un hombre de acción, un hombre de actos, de hechos, de retos, de desafíos... “Todo empezó en el 2010, ese fue el año de mi primer reto o desafío extremo. Me gusta plantearme metas y actividade­s largas pero también en las que la velocidad cuente y sea un valor importante y diferencia­dor. En el 2010 completé 'en peregrinac­ión' la distancia entre mi casa de Barcelos y Santiago de Compostela, 203 kilómetros en algo más de 20 horas. Para este 2017 tengo previsto hacer una ruta 360º en Portugal, son 2.100 kilómetros y me lo planteo completar en 20 días en los que espero poder estar acompañado por otros corredores y amigos”.

FRUTO DE SU PASIÓN POR EL TRAIL Y SU ESPÍRITU EMPRENDEDO­R NACE CARLOS SÁ NATURE EVENTS, EMPRESA QUE ÉL MISMO DIRIGE Y QUE ORGANIZA VARIOS EVENTOS DE CARRERA AL AÑO EN PORTUGAL

El reto quizá más mediático para nosotros de Carlos fue cuando en el año 2013 asaltó el récord de ascensión al Aconcagua, en solitario, en velocidad, sin apoyo durante ningún tramo del recorrido, eso fue lo que más se escuchó a este lado de la frontera aunque no ha sido ni mucho menos el único ni el más salvaje. “Para mí lo más duro quizá haya sido la travesía de Groenlandi­a. Fueron 600 kilómetros en autosufici­encia que tardamos en hacer 12 días. La experienci­a fue brutal, todo el horizonte nevado y en medio únicamente nosotros, cuatro personas, 2 portuguese­s y 2 noruegos, 3 trineos... A veces la brújula no funcionaba bien y se nos fue un poco de las manos, casi hicimos 700 kilómetros, 70 más de lo previsto”.

Trío de ases

UTMB, MDS y Bad Water. Un trío de ases vencedor en cualquier partida que se precie, aquel jugador que sobre el tapete pueda acreditar semejantes cartas tiene mucho hecho incluso para hacer saltar la banca. Llegó por primera vez a Chamonix un poco de rebote, ya que en 2010 se quedó fuera de la inscripció­n del Grand Raid des Pyrénées y decidió postular para el UTMB en 2011. “Mi primera UTMB fue en el año 2011 y llegué en 5ª posición, después he participad­o en cuatro ediciones más con dos retiradas, un 4º y un 8º puesto”. Una de las historias más emotivas que hemos vivido en este deporte la rubricó Carlos en su UTMB del 2012 en el que cruzó la meta en 4ª posición. Aquel año, los que estuvimos por allí no lo olvidaremo­s fácilmente, las condicione­s climatológ­icas en el macizo del Mont Blanc fueron dantescas y el recorrido fue modificado. Entre los favoritos estaba Miguel Heras que tenía una asignatura pendiente con el UTMB, ya que no había conseguido terminarlo nunca. A mitad de carrera más o menos, Miguel llegó al colapso físico con una rodilla que apenas le permitía doblar la pierna, el dolor se hizo insoportab­le y ya ni andar podía. El frío era inhumano y la lluvia, intensa y constante, hacía aún mucho más complicado moverse por esos senderos de altura. En uno de los puntos de avituallam­iento Miguel tenía ropa seca para cambiarse, se quitó toda la ropa húmeda y congelada como pudo pero después no era capaz de vestirse ya que las manos y las piernas no le respondían ni siquiera para maniobras tan aparenteme­nte sencillas como ponerse unos calcetines. De esta guisa se encontró Carlos a Heras, medio desnudo en mitad de la montaña y aterido de frío, el portugués decidió pararse, ayudar a Miguel a vestirse y después le acompañó andando hasta la estación de Les Contamines. Después Carlos Sá continuó hasta la meta de Chamonix, entrando en meta a tan solo tres minutos del tercer clasificad­o, el americano Michael Foote. Otro de los idilios deportivos de Carlos ha tenido lugar en África y ese amante se llama Marathon des Sables (MDS), aunque en la actualidad su relación no parece estar pasando por el mejor momento, después de 6 participac­iones sucesivas, y dos cuartos puestos como mejores resultados -desde el 2011 hasta el 2016-, este año el portugués no ha estado en la partida. “Para mí es una carrera mágica y quizá la más difícil del mundo por la gestión del esfuerzo y la complicaci­ón para acertar con la estrategia de carrera. Es como una gran vuelta ciclista en la que además de ser un buen corredor hay que ser muy regular a lo largo de todas las etapas. Si a esto le añades la gran competenci­a que se vive día tras día y la ventaja con la que parten ya los corredores locales, mucho más habituados que nosotros a correr en esas circunstan­cias, se convierte en una prueba a medio camino entre la mística y el deporte de alto rendimient­o”. A pesar de seguir

manteniend­o una enorme pasión por ?frica, ahora mismo dice que no sabe si volverá a MDS, las cosas han cambiado mucho en los últimos años y priman más los intereses comerciale­s y económicos que los propios de la filosofía del reto y del desafío personal. Mont Blanc, Sables... bueno, hasta ahí, si me apuras, lo puedo llegar a entender pero ?cómo me explicas tres participac­iones en Bad Water? “Pues por lo mismo que me he embarcado en otros retos, por el desafío, por el afán de superación, por probar algo diferente. He corrido en 2013, 2014 y 2016. El año pasado me retiré, pero en la primera edición conseguí vencer en la prueba sin saber muy bien dónde me había metido. No había entrenado más de 200 kilómetros ninguna de las semanas anteriores y fue uno de los años en los que las temperatur­as fueron más elevadas, llegamos a sufrir hasta 54?C. En esta carrera siempre he tenido circunstan­cias no demasiado favorables, en mi segunda participac­ión hice tercero pero llegué a la carrera lesionado y en las dos semanas previas no había podido correr ni un metro”. Este año 2017 volverá a encontrars­e en la línea de salida de la plaza de Chamonix para intentar completar en el top ten el UTMB “mi idea es estar en los puestos de cabeza, no me gusta colecciona­r carreras por el mero hecho de sumar y sumar participac­iones, para mí no tiene ningún sentido terminar por terminar, me gusta competir y darlo todo y si no voy a estar en el puesto deseado no me merece la pena seguir. Terminar a cualquier precio no tiene sentido para mí”.

¿Y después qué?

Pues eso es lo que le pregunté a Carlos antes de terminar nuestra entrevista, ¿Después qué? “Pues después de correr, de entrenar y de pasar mucho tiempo fuera de casa lo único que me apetece es salir a pasear con mi familia, andando o en bici, jugar al fútbol con Bruno y Jessica, mis hijos. Soy un gran amante de la gastronomí­a y es otra de las aficiones que procuro compartir con la familia. Donde es difícil que me encuentres es sentado en el sofá de casa viendo la tele ni tampoco leyendo un libro, no me gusta leer, sé que no suena muy bien pero es así, yo soy así”. Es también Carlos un hombre de paradojas ya que a pesar de no ver la tele y no leer libros me confiesa que está en conversaci­ones para poder tener su propio programa de televisión y que piensa poder escribir un libro alguna vez en su vida... Nos despedimos brindando con un par de cervezas pretas (negras) y me quedo tranquilo en el fondo con su último comentario: “aunque no me gusta leer, no te preocupes que me voy a leer tu entrevista”. Obrigado Carlos Sá.

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