LOS REGISTROS ANORMALES DEL PULSÓMETRO
En este punto merece la pena detenerse a comentar un síntoma relativamente moderno. Con la expansión en el uso de los dispositivos de pulsera, cada vez son más los deportistas que consultan por lecturas anormales de la frecuencia cardiaca. Es dudoso que este dato tenga algún valor a la hora de detectar patologías que no se manifiestan con otros síntomas y generan un número considerable de consultas médicas. Tengo que confesar, y se me escapa una sonrisa, que a los 19 años consulté por este mismo motivo al comprobar que el pulsómetro me estaba dando cifras de 230 lpm mientras corría y sin un motivo aparente. Como era de esperar, todo quedó en nada. Con las nuevas generaciones de dispositivos se podrá registrar el trazado electrocardiográfico y será más fácil diferenciar los errores de lectura de los verdaderos trastornos del ritmo, mientras tanto, tomarse el pulso manualmente y comprobar si los datos que nos da el dispositivo son ciertos puede ser una forma de minimizar la confusión que generan estos registros.