Desventajas
1 Pérdida del efecto muelle del tendón de Aquiles por lo que perdemos la energía elástica “gratuita” que ahorra energía. 2 Pisadas lentas y pesadas que exponen al pie y al cuerpo a mucho peso corporal (3-4 veces el peso del corredor) y a la pérdida de inercia de carrera. 3 Acción de frenada en el momento de contacto porque el cuerpo se queda retrasado respecto al apoyo del pie y transmite la fuerza de avance en un ángulo que provoca una autofrenada. 4 Exceso de trabajo del tendón de Aquiles por lo que se producen muchas tendinitis y fascitis.
5 Provoca pronaciones o supinaciones del pie por impacto inicial. Esto se traduce en mayor predisposición a sufrir esguinces, fascitis y el síndrome de la cintilla iliotibial. Todos los corredores pensamos que nuestra técnica es más o menos correcta. Esta idea nace de la intención del corredor por hacer las cosas bien. La realidad es muy diferente. Como he comentado anteriormente, la mayoría de los corredores utilizan la pisada de talón. Para ser conscientes y propiciar el cambio mi recomendación es: