En territorio de Antonio Alcalde
Un paseo por la sierra madrileña da para mucho con Anton, así que no te pierdas la visión que del trail tiene el joven corredor de Dynafit.
La conocida como Sierra de Madrid, llamada ahora con acierto Cuenca Alta del Manzanares, con su Parque Regional y todo, ha sido a lo largo de los años, siglos ya; cuna de deportistas y de pioneros de especialidades deportivas que eran importadas de otras tierras como el esquí o el alpinismo, por ejemplo. También ha sido retiro e inspiración de artistas, eruditos e intelectuales, libre pensadores...
Hoy nos acercamos a una parte de ella acompañando en su territorio a Antonio Alcalde. No sabríamos muy bien en qué figura de las descritas en el párrafo anterior y que han recorrido estos peñascos le podríamos encuadrar, quizá tenga un poco de todas ellas. Juzgad por vosotros mismos.
Tour de Francia
Hoy tocaba madrugar si queríamos aprovechar bien el día. Destino: Tres Cantos. En plena M-607, una de las vías más concurridas por el tránsito madrileño. DGT informa: “tráfico lento con paradas en la M-607 en la incorporación de Colmenar Viejo y Alcobendas. Extremen la precaución y paciencia (esto último es de mi cosecha)”. También es conocida esta autovía por discurrir en paralelo al carril bici más popular de toda la Comunidad de Madrid, el que une prácticamente el anillo verde ciclista con los municipios de la Sierra Norte, desde Fuencarral pasando por Alcobendas, Tres Cantos, Colmenar Viejo, hasta Soto del Real donde se abre un paraíso para todas las grupetas de aficionados al pedal. Carreteras que trascurren por lugares tan emblemáticos para el ciclista popular como Navacerrada, Canencia, Morcuera, Navafría, Cotos...
Nuestro anfitrión de hoy bien se conoce todos esos puertos y todas esas carreteras ya que además de ser uno de los más prometedores valores del trail de aquí, es un gran aficionado al ciclismo. “Me gusta más practicarlo que verlo aunque ahora que tengo amigos que corren en equipos profesionales me gusta también seguirlo por la tele. Lo que más me cautiva del ciclismo es su filosofía de entrenar en grupo con personas de diferentes niveles, (un profesional puede ir perfectamente charlando en paralelo con un cicloturista) la parada al café, esperar arriba de un puerto hasta que llegue el último... son muchas las posibilidades que tienes ya que no buscas siempre los aspectos del rendimiento puro”.
Un día en el mundo
Estamos con Antonio Alcalde y nos encontramos con él en su casa de Tres Cantos, una ciudad relativamente nueva de Madrid que se independizó de sus vecinos de Colmenar Viejo hace menos de 30 años. Ahora es conocida como “ciudad dormitorio”, porque cuenta con muchas zonas verdes y hace gala de su modernidad y su calidad de vida.
También se ha hecho famosa por ser cuna de uno de los grupos
de referencia del panorama indie rock nacional, Vetusta Morla. Mientras escribo esto, recorro la discografía de la banda tricantina y la comparto, tema a tema con vosotros.
Antes de ponernos de corto, aunque tampoco es que el clima y la baja temperatura del día invite a muchos alardes, nos metemos para el cuerpo algo caliente que ayude a empezar con la primera sesión de entrenamiento y empezamos a hablar del Antonio con el que es más difícil coincidir, aquel que se sitúa lejos de los caminos o de las pistas de esquí. “Lo que más me gusta es quedar con los amigos para salir a cenar, a tomar algo, charlar. Intento desconectar todo lo que puedo del mundo del deporte. Me considero una persona de estar poco en casa. Las personas que más me han influido en la vida han sido mi familia y los amigos más cercanos, sin querer, de forma involuntaria, nos alimentamos de lo que dicen, de lo que hacen, crecemos con ellos”.
Baldosas amarillas
Ya sabéis, ese camino que recorría Dorothy entre la Tierra de Oz y la Ciudad Esmeralda. En este caso, es además otra de las canciones de Vetusta que me sirve para hablar con Antonio, mientras rodamos tranquilamente por el Parque Central de su ciudad. El camino puede ser de baldosas amarillas brillantes y lujosas pero no siempre es recto, claro y bien marcado. Ahora mismo, Anton lleva unos meses en los que no consigue entrenar bien por diversas molestias y eso ha hecho que se pierda toda la temporada de esquí de montaña.
De todas formas, siempre hay que mirar hacia delante, pensar en positivo y aprender cada día. “Cuando tenía 19 años gané una Copa de España de skimo en categoría absoluta. Ese ha sido el resultado deportivo que más me ha marcado. En ese momento aprendí que con trabajo y con disciplina podría optar a todo. También fueron momentos en los que sentí un poco de presión externa pero viéndolo con la perspectiva de los años creo que me ayudó a madurar como persona y como deportista”. Recién cumplida la mayoría de edad ya destacaba a nivel nacional e internacional pero todo llevó su proceso, todo tuvo un desarrollo y hubo que seguir un camino.
“Desde muy pequeño, creo que tendría unos tres años, mis padres me abrieron los ojos al mundo del deporte o, mejor dicho, de la actividad física y, por suerte, en la naturaleza. Salíamos a la montaña a hacer excursiones, me enseñaron a montar en bicicleta y recuerdo perfectamente cómo aprendí a esquiar en las praderas de la Morcuera. En mi casa se practicaba deporte pero ningún miembro de mi familia se dedicó nunca a la competición”.
De la sierra madrileña a los Pirineos y después a los Alpes, a los 9 años ya había subido su primer pico de más de 4.000 metros, fue el Breithorn y es uno de los mejores recuerdos de su infancia haciendo senderismo por la zona de Chamonix / Zermatt. Siempre que nos lanzamos a recorrer un camino tenemos tendencia a mirar hacia atrás, a ver lo que vamos dejando pero fundamentalmente hay que mirar hacia delante, hacia el futuro. “Paso mucho tiempo en el Pirineo porque es el mejor sitio para entrenar los deportes que practico pero no sé muy bien donde viviré en un futuro. Es cierto que me veo siempre haciendo deporte y si pudiera, compitiendo, pero me tengo que labrar un futuro que me estabilice económicamente para poder centrarme también en otras facetas de mi vida. Me gustaría entrar en el GREIM y para eso estoy empezando a prepararme”.
Mismo sitio, distinto lugar
Un rodaje por el parque que terminamos dando unas vueltas en la pista de atletismo por eso de acabar con un poco de ritmo, al menos así se lo indica su entrenador, Javier Rodríguez Bodas. Javi es un viejo amigo de un servidor con el que hace ya prácticamente dos décadas coincidía dando trompazos por algunos senderos de la sierra. Él se convirtió en un gran corredor de trail con buenos resultados nacionales y también en un excelente esquiador de montaña. “Al final es como un padre deportivo para mí, creo que es un profesional como pocos que entiende muy bien el mundo del trail y el esquí de montaña; además me conoce desde que soy un niño, sabe qué es lo mejor para mí pero también sabe darme lo que me gusta, esos entrenamientos en grupo, no muy largos pero intensos, donde hay piques sanos, esos me encantan”.
Cambiamos de escenario para acercarnos a la sierra del Guadarrama, más concretamente a Manzanares el Real y a la mágica Pedriza. Las cumbres del Yelmo y la Cuerda Larga están tapizadas de un blanco espeso gracias a las últimas nevadas. En
condiciones normales, esta temporada está siendo un poco especial por lo que ya os comentamos al principio, Antonio estaría yendo y viniendo, subiendo y bajando, sumando desniveles con las tablas preparando el circuito mundial de skimo, deporte que “me aporta la sensación de hacer algo único. En él se mezclan la técnica y la fuerza física, si no reúnes ambas cualidades, es difícil que seas un buen esquiador de montaña”.
A partir de este tema se abre entre los dos un interesante debate en el que coincidimos plenamente. No hay discusión pero sí que hay intercambio de puntos de vista y aportaciones diferentes propias de dos mundos y generaciones distintas.
“Lo que más me gusta del skimo es que en las mejores carreras sólo compiten los mejores, seleccionados por su país y quienes ganan la Copa del Mundo o el circuito de la Grand Course son los mejores del mundo esa temporada o al menos son los más completos. En cambio, veo que en el trail no hay un buen entendimiento entre las organizaciones y las federaciones. Esto es muy negativo, los primeros que lo padecemos somos los corredores, nos perdemos con tanto campeonato y tanto circuito más o menos comercial. Nadie creo que mire al 100% por el bien de este deporte, sino más por el bien de sus propios intereses”.
Autocrítica
Seguimos con nuestra conversación mientras subimos por la Senda de Quebrantaherraduras hasta el parking del mismo nombre para bajar después hacia Cantocochino y volver de nuevo al pueblo de Manzanares pegados al río para acceder a la carretera del embalse.
Para continuar con el hilo musical “by Vetusta Morla” conductor de la entrevista, he elegido una canción del primer LP porque me parecía que venía muy al caso para lo que estábamos tratando, aunque podría haber elegido otros temas como “Sálvese quien pueda” o “Valiente” o incluso “La Deriva”.
“Me gustaría que el mundo del trail se profesionalizase y que hubiera equipos que pudieran contar con varios patrocinadores potentes que hicieran posible que el corredor tuviera un contrato para poder entrenar y rendir tranquilo durante unos años. Los equipos serían también profesionales y tendrían una buena estructura con médicos, psicólogos, fisioterapeutas, nutricionistas, entrenadores...” . Y sigue soñando. “Habría un circuito mundial en el que sólo podrían correr los equipos invitados por la organización, de esa manera en las carreras estarían los mejores corredores del mundo y el espectáculo sería mayor. Así también se conseguiría que hubiera un ranking mundial con más sentido que lo que hay ahora”.
Lo que te hace grande
He elegido este tema de mi disco favorito de los madrileños para despedirme de Antonio Alcalde al que entre otras cosas le hacen grande esos planteamientos vitales claros y directos. Sin pelos en la lengua.
Y a mí, a mí me gustaría llegar algún día a hacerme grande gracias a los momentos vividos con deportistas y con personas como Anton, no dejo de aprender, no paro de empaparme de lo que escucho y vivo con ellos. Me encanta mi trabajo y eso es lo más grande.